COPA SUDAMERICANA

Sufrió, pero se metió en la final

El Rojo perdió 1 a 0 en la ida, pero anoche lo dio vuelta con un penal de Barco y un doblete de Gigliotti. Descontó Lucena.

Las ilusiones de Independiente se transformaron anoche en otra tibia realidad, al consagrarse después de siete años nuevamente finalista de la Copa Sudamericana tras vencer en Avellaneda a Libertad, de Paraguay, por 3 a 1, dando vuelta el 1 a 0 sufrido en la semi de ida jugada en Asunción.

En poco más de una docena de minutos, Emanuel Gigliotti se transformó en el "hombre gol" que le dio la clasificación a Independiente, cuando después del penal convertido con la maestría impropia para un chico de 18 años como Ezequiel Barco a los 17 minutos, tras una falta provocada por Fabricio Bustos, el ex Boca Juniors se lució con dos definiciones "de arrastre", con las que desvió sendos balones lanzados desde derecha e izquierda.

El primero fue a los 18 minutos, apenas uno después de la apertura del marcador, tras un centro desde la derecha del volante Maximiliano Meza, que dicho sea de paso perdió los lentes de contacto en el festejo con el goleador.

Y el segundo de la cuenta personal del centrodelantero llegó apenas superada la media hora de ese primer tiempo en que se resumieron todas las emociones de la noche, pero en este caso por otro centro bajo que en esta ocasión lanzó de rastrón el uruguayo Gastón Silva.

Claro que entre uno y otro tanto del "Puma" llegó el descuento de los paraguayos que con el 1-2 se metían en la final, cuando después de tres cabezazos en el área de Independiente terminó convirtiendo el volante Ángel Cardozo Lucena.

El complemento

El arranque del período final llevó a Independiente a meterse demasiado atrás, llevado por Libertad y su intención de buscar la clasificación justamente lanzando centros ‘que quemaban’ en el área local.

Por eso, cuando Holan advirtió que el medio flaqueaba y la defensa también, hizo ingresar primero a Nicolás Domingo por el intermitente Martín Benítez y luego al vasco Fernando Amorebieta por el ‘Torito’ Rodríguez, en dos cambios de tinte ‘defensivo’ que se parecieron mucho a aquello de que ‘la necesidad tiene cara de hereje’.

El "Rojo" mutó entonces de un 4-3-3 con el ingreso de Nicolás Domingo por Martín Benítez a un 5-4-1 con el reemplazo de Fernando Amorebieta por Diego Rodríguez, por lo que el equipo terminó muy metido atrás y buscando la contra que liquidara el partido.

Y esa acción pudo llegar a los 40 minutos desde los pies de un Barco encendido, que dribbleó a cinco rivales dentro del área y su disparo bajo se fue contra el poste izquierdo del arco defendido por Rodrigo Muñoz.

La no concreción de ese tanto la pagó en el segundo de los cuatro minutos de descuento que otorgó el árbitro ecuatoriano Eoddy Zambrano con un tiro libre en contra por falta de Amorebieta a Salcedo que el propio ex delantero de Banfield, Lanús y Newell’s ejecutó pegada al palo izquierdo del arco de Martín Campaña.

Después de esa celebración llegó el alivio, la celebración de unos 10 días inolvidables para Independiente, que volvió a una final de Copa Sudamericana después de la ganada en 2010 con Antonio Mohamed como entrenador, ante un marco de público que hizo reverdecer recuerdos de los grandes, de los que trae desde esa historia fecunda que de la mano de Holan quiere refundar.

River, Racing y ahora Libertad pasaron por las manos del "Rojo" con tres victorias. Los paraguayos venían invictos en la Sudamericana con solamente dos goles en contra, y hoy, en apenas media hora Independiente les marcó tres. Ahora llegará la hora de otra final copera, esa que de ganarla le dará el pasaje a la Libertadores, que lo tiene como el más campeón con siete títulos. Para eso debe superar a Flamengo o Junior, de Colombia.

Los brasileños se impusieron por 2 a 1 en Río de Janeiro y mañana deberán revalidar esa victoria en la tórrida Barranquilla si quieren llegar a la final, lo que de concretarse y por el hecho de que en ambos casos Independiente cerrará la próxima serie como visitante, puede repetir como en aquella definición de Supercopa con los cariocas en el Maracaná de diciembre de 1995.

La primera final tendrá lugar el miércoles 6 de diciembre en Avellaneda y la revancha el 13 en Río de Janeiro o Barranquilla.

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