PEDRO ADEL MELIÁN, SU PADRE

"Quizá fue voluntad de Dios", dijo el padre ante la noticia

Don Pedro Adel Melián ayer escuchó la noticia y quedó paralizado. ¿Fuerte o shockeado? Sólo él lo sabe, o no.

Marcela recordó que apenas dijo: "Quizá fue voluntad de Dios; no sé; David hacía lo que le gustaba; era su vida".

Más allá de esa aparente fortaleza, todo el día el hombre recibió contención. "Sé que la marina tiene pasajes para los padres, pero él viajará sólo si es muy necesario", acotó la hija.

"Hoy estamos a su lado. La cosa va a ser cómo lo irá procesando cuando se quede solo ya con mi mami", aventuró. Por estas horas, el hombre sigue de cerca todo por boca de sus hijos, televisión, o las comunicaciones que su mujer le envía por celulares.

Para que esa odisea emocional sea un tanto llevadera, el Ejército liberó de funciones a la hermana del hombre, quien ya está en Mar del Plata.

De igual manera, se presume que toda la familia quedará en esa ciudad todo el tiempo necesario. "No sabemos cómo sigue esto. Desde aquí los acompañaremos", explicó Marcela.

Después de la entrevista, los Melián regresaron a su mundo. En él, hoy todos los vecinos buscan decirle presente. A diferencia de una pérdida de un ser querido, no habrá velorio.

Es decir, los Melián no podrán hacer catarsis ante un féretro, ceremonia que aún lúgubre, triste, angustiante, para muchos mortales representa la última estación de despedida al que ya no está.

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