"Fueron dos tipos", repite el doble homicida y abusador
La Justicia le endilga la muerte de la madre y del hermano, pero él sostiene que "eran dos tipos". Evalúan su salud mental.
"No me acuerdo mucho. Fueron dos tipos", señaló Walter Aranda a su abogado, en alusión a los autores de la masacre de su madre y hermano, Norma Gómez y Julio Aranda, respectivamente.
En la audiencia en que la Fiscalía requirió su prisión preventiva, Aranda se mostró distante, ausente. Jamás se sobresaltó. Ni siquiera cuando las fiscales Natalia Saavedra y Carla León describieron el contexto en que fueron hallados los dos cuerpos en el patio de la casa en La Ensenada, Alberdi, el 6 de octubre.
Los cargos en su contra son "homicidio triplemente calificado por el vinculo, alevosía, críminis causa y abuso sexual". Es decir, si hoy fuera juzgado y condenado sólo lo aguarda la prisión perpetua. Allí radica el cuadro que enfrenta Aranda.
Según el proceso, la Fiscalía empezó con el test psicológico, pero la defensa hará lo mismo, con sus propios psicólogos.
Ambos cometidos revisten caminos bifurcados: si el psicólogo interpreta que Aranda es imputable, la causa "viajará" inexorablemente al juicio.
Enfrente, la defensa sospecha que su cliente padece trastornos y hoy no arriesga en que pase el psicólogico.
Mientras tanto, ayer la Fiscalía exhortó a la jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen, a dictarle la prisión preventiva.
Basó su planteo en los informes ya provistos por Criminalística y resultados de la autopsia, entre otros.
Hasta hoy, la investigación cuenta con un solo sospechoso y autor material: Walter Aranda.
Las fiscales lo acusan de masacar a hachazos a su madre y al hermano y abusar de una sobrinita de 12 años.
La gran incógnita es ¿por qué?. Pareciese insuficiente que tanta barbarie se basara exclusivamente en una "enfermiza" fijación sexual a la niña. El móvil, cuerdo o no el acusado, será develado por los psicólogos.