ANÉCDOTAS DEL TAXI | Inocente

Por Victor David Bukret

Las parejitas de jóvenes enamorados me conmueven. Sobre todo ésta, que desde dentro del boliche salían besándose. Era una pasión, una dulzura, que hacía que los de seguridad del local se enternecieran.

El caballero me dice hasta donde los llevaré, y la señorita me dirige una sonrisa cordial.

Al llegar, el joven me indica que él descenderá ahí, en su casa, pero que la joven seguiría viaje por unas diez cuadras mas, para lo cual me solicita le cobre toda la tarifa a él. Como todo galán.

Me paga, y trataba con gran esfuerzo, de que la dama lo soltara, pues ella parecía sufrir la "separación" momentánea, o sea, hasta mañana.

Dieciocho picos. Cinco besos apasionados. Tres besos en la mejilla, y un par en el "cogote". ¡Y NADA!

Cuando logra soltarse, continúo el viaje con esta pequeña "Julieta enamoradísima", apasionada... Le pido que me indique por cuál calle seguir hasta su casa, y la damisela me responde:

"¡LLEVEMÉ DE NUEVO AL BOLICHE, AMIGO!"


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