La familia no entiende por qué hizo tanto daño
Hermanos y primos de Aranda hoy no logran reponerse del shock, reticentes en hallar una explicación cuerda ante la barbarie.
Un hermano habría señalado a la Justicia que Walter no era el más destacado, pero tampoco generador de grandes conflictos.
Se pasaba los días trabajando con el hacha y la madera. Con lo obtenido, ayudaba al hogar y cubría sus necesidades básicas.
Jamás habría pedido estudiar, ya que tampoco exteriorizaba ambiciones.
Pasaba casi inadvertido en una familia numerosa, junto a los más de diez hermanos.
No tan diferente es la radiografía que hicieron sus amigos con quienes compartía algunas copas.
Es más, éstos lo vieron la noche del 5 de octubre, antesala de la tragedia en que truncó la paz y vida a todo el grupo familiar.