Bº LIBERTAD

Furioso, un policía amenazó con la pistola reglamentaria a su pareja e hijos

El agente mantuvo aterrados a la mujer y a los tres niños de 3, 7 y 9 años. Primero, amagó con suicidarse. Luego, cargó contra la familia.

Un agente de policía habría estallado de furia en el Bº Libertad: tomó su pistola, anunció que se quitaría la vida y después encañonó con ella a su propia familia.

Según la audiencia de ayer, el incidente tuvo de protagonistas, el 29 de septiembre, a Luis Miguel Cisti e Isabel Juárez, esposos hace 10 años y padres de tres niños de 3, 7 y 9 años.

En su exposición, la doctora Silvina Camacho (por el equipo fiscal) reveló que esa noche Isabel fue a casa de sus suegros, donde permanecían Cisti y un hijo.

"No te vas a llevar a mi hijo h.d.p", habría bramado el policía, desnudando días de extrema tirantez.

Acto seguido, habría agredido a trompadas a Juárez. Como pudo, ella fue a la policía y lo denunció.

Qué dijo la mujer

En su presentación, la damnificada recordó que el 23 del mismo mes Cisti protagonizó el primer escándalo.

"Tomó su pistola. Fue al fondo de casa. Se sentó en unos ladrillos y empezó a gatillarse, apuntándose a la cabeza", indicó la mujer.

La misma lo calmó y exhortó a descansar. Cisti regresó a la casa y depositó el arma arriba de la heladera.

Alrededor de las 23, se despertó y retornó la furia. "Otra vez agarró el arma y me apuntó, mientras me insultaba. Nuestros hijos empezaron a llorar y él nos apuntó a todos", ahondó Juárez.

"Creo que al ver a los chicos angustiados se calmó. Siempre que le pido separarnos se pone como loco", fundamentó la denunciante a la policía.

Posición fiscal

Del relato de la damnificada se advierte una crisis en ascendente crecimiento, pero la jueza de Género, Norma Morán, ignora si Cisti ya tocó fondo.

Por lógica prudencia, en la víspera la magistrada extendió por 15 días la detención del efectivo.

En ese período, la Fiscalía deberá nutriste de pruebas científicas para así establecer un diagnóstico.

La defensa intentó contrarrestar la realidad, indicando que Cisti no representa amenaza alguna para la familia, ni a sí mismo.

Morán les dio 15 días para que uno y otro avanzaran en la investigación y después recién reunirse de nuevo, en procura de analizar el futuro de Cisti.

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