PATILLO, RÍO HONDO

Borracho, asesinó al empleado por mofarse: "Voy a ocuparme de tu mujer"

La otra hipótesis es que lo mató por una diferencia en los dividendos de unas ventas. Tras el homicidio, intentó ocultar el cuerpo. Huyó al monte.

Un tribunal juzga a un vecino del paraje Patillo, Río Hondo, atribuyéndole el asesinato de un empleado y las hipótesis dominantes van desde una diferencia económica, a la desmedida reacción por una burla referida a la esposa del agresor.

El debate es ventilado en contra de Víctor Hugo Ávila (53) quien en noviembre de 2015 ultimó de un disparo de escopeta a Carlos Delfín Páez (41) a 20 kilómetros de Las Termas.

De acuerdo con la acusación del fiscal Rafael Zanni, víctima y victimario trabajaban juntos vendiendo carbón, animales, etc.

Veinticuatro horas antes del horror, los dos se trasladaron a Tucumán y cerraron un negocio importante.

Festejo y tiros

A modo de festejo, organizaron una comida y abundante alcohol. Allí se acabó la armonía, pero la causa sólo la conocen los dos hombres. Discutieron y Ávila se fue del lugar rumbo a su casa, en su camioneta. Detrás, partió Páez en su motocicleta. Llegaron por una diferencia de minutos y sobrevino un segundo entredicho.

Mucho más furioso, Ávila fue a una habitación y regresó con una carabina. Abrió fuego en contra de Páez (tórax) y la muerte llegó por añadidura.

Ocultar el cuerpo

Ayer declaró la ex esposa de Ávila. Relató que el acusado le confió que ya ebrios, Páez le habría señalado: "Vos estás en pedo. No sabes en el problema en que te meterás. No podrás ocuparte de tu mujer. Lo haré yo..."

Al ser requerida por los camaristas para que explicase qué entendió ella en esas palabras, la testigo (de apellido Córdoba) respondió: "Para mí, el tipo le adelantó que iba a violarme. Es decir, tomarme a la fuerza".

También Córdoba declaró que la primera reacción de su marido era deshacerse del cuerpo.

Aturdido, Ávila huyó hacia el monte y recién fue detenido a los dos días.

Declara Ávila

Hoy Ávila revelaría su verdad. Su entorno no soltó prenda, pero se intuye que no debería recordar mucho del altercado, dado el total estado de embriaguez.

Asimismo, los defensores sugirieron que solicitarán a los jueces una inspeccion ocular y quizá reconstrucción de la tragedia.

Vale dejar en claro que se trata de dos escenarios: el primero, en que reinó la armonía, hasta perderse por el alcohol y Páez efectuar la fatídica advertencia.

Para los abogados y la propia Fiscalía, asomarían vitales esos minutos tras el alcohol, persecusión, arribo a la vivienda y disparo.

Una corriente arriesga que Páez fue a provocarlo a Ávila; otra teoría es que intentó calmarlo y pedirle disculpas; una tercera hipótesis indica que Ávila fue a la casa y acusó a su entonces mujer de infidelidad y que Páez sólo llegó por detrás para frenarlo y defenderla a ella.

La verdad real es potestad del sobreviviente y victimario. Y es posible, o no, que sea ventilada hoy.

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