Alguien gritó "ha muerto" y varios sujetos atacaron la casa de "Veneno" para vengarse
El dolor de los Arias desembocó en un grave incidente, al convertirse la casa de los Araujo en blanco de una "lluvia" de ladrillazos y hasta amenazas de desquite. Los celulares activaron una batahola. Ni bien Arias fue ingresado al centro de salud, los médicos informaron que había dejado de existir. La tragedia repercutió al instante en casa de los Arias. "¡Ha muerto!", informó a los gritos alguien. Y todos cargaron duro contra la casa de los Araujo. Para ese entonces, "Veneno" había desaparecido. Quienes sufrieron las secuelas fueron sus padres, hermanos y sobrinos. A lo largo de cinco minutos, los ladrillazos causaron daños en las puertas y ventanas. También una pequeña hermana de 8 años recibió un impacto en el rostro. Adentro, los Araujo lamentaban lo ocurrido. Los adultos clamaban auxilio policial y los menores lloraban aterrados dentro de las habitaciones. "Vas a ver los vamos a c… matando; más les vale que se vayan porque les vamos a quemar la casa", se colaban las amenazas por las ventanas dañadas. El escenario lucía grotesco. Parecía una escena de las películas del far west. Varios adolescentes rompían tapias y usaban los pedazos de ladrillos como proyectiles. En el medio, a caballo irrumpió un tío de Araujo, también apodado "Veneno", dispuesto a comandar la resistencia. Por largos minutos, los ladrillazos amenazaron con provocar una segunda tragedia. Bastaba que alguno hubiera ingresado a la casa para que la tragedia se equilibrara en los dos bandos.