El abuso de alcohol: sustancia que degrada la vida mental y física de las personas
Por Lic. Mariano Vega Botter – Neuropsicólogo
Los efectos del alcohol en el organismo son muy numerosos, tanto a corto como a largo plazo, especialmente si se consumen bebidas alcohólicas con frecuencia.
En nuestra sociedad es habitual tomar alcohol en acontecimientos importantes (bodas, reuniones familiares, fiestas con amigos, etc.), pero muchas veces no somos conscientes de que su abuso puede generar multitud de daños a los distintos órganos de nuestro cuerpo.
Además de que el alcohol afecta a nuestro sistema nervioso (SNC-SNP) en gran medida, es conveniente conocer los efectos del alcohol en el cerebro.
El cerebro es uno de los órganos más importantes del cuerpo y uno de los más afectados por el consumo del alcohol, además del hígado y el estómago. El consumo de alcohol altera las funciones cerebrales, desde las emociones (cambios drásticos de humor) hasta los procesos de pensamiento y de juicio. Aunque cada persona es diferente y tolera el alcohol de manera distinta, la ingesta de alcohol perjudica a todos por igual. Por ello, queremos indicarte cuáles son los efectos del alcohol en el cerebro y de qué manera influye en el funcionamiento de nuestro sistema nervioso central.
Se considera un grave perjuicio para la salud, que aumenta el riesgo de muerte como consecuencia de enfermedades en el hígado, cáncer, depresión, accidentes, etc. Sin embargo, muchos alcohólicos no reconocen su problema y, por tanto, nunca buscan ayuda para resolverlo, mientras que en otros casos la verdadera razón por la que solicitan asistencia (el abuso del alcohol) aparece enmascarada por los efectos del alcoholismo sobre el estado físico y psicológico del paciente, que a esas alturas de la adicción ya resultan evidentes. El tratamiento del alcoholismo requiere de una intervención multidisciplinar de diversos profesionales que atiendan los aspectos físicos y psíquicos y neuropsicológicos de la dependencia, así como las diversas patologías asociadas.
Consecuencias del alcoholismo
Podemos clasificar las consecuencias del alcoholismo por sus efectos: l Físicos: cáncer, enfermedades en el hígado, cefaleas, diabetes, gastritis, problemas cardiovasculares, insomnio, pancreatitis, apoplejía (es decir, un infarto o una hemorragia cerebral), deficiencias nutricionales, degeneración cerebral, disfunción eréctil. l Psicológicos: depresión, ansiedad, ira, celotipia (imposibilidad de controlar los celos), epilepsia, psicosis, síndrome de Korsakoff, demencia alcohólica... l Sociales: desestructuración familiar, problemas laborales, económicos, accidentes, maltrato… Existe una serie de factores de riesgo que influyen para que una persona desarrolle una adicción al alcohol. Los más importantes son:
Los factores psicológicos
Las emociones negativas como la ansiedad, la tristeza, la soledad, la baja autoestima o la ira muchas veces se encuentran en el origen y mantenimiento de esta enfermedad, ya que el paciente utiliza el alcohol para huir de ellas.
El consumo de alcohol proporciona al paciente una sensación placentera que debería conseguir realizando actividades de su agrado como leer un libro o ver una película, disfrutar de la compañía de familiares y amigos, practicar su afición favorita… En el otro extremo están aquellas personas que emplean el alcohol con frecuencia para acompañar las emociones positivas (como celebraciones, reuniones con amigos, salir de fiesta, etcétera). La tolerancia social ante el consumo excesivo de alcohol en estas situaciones refuerza estos comportamientos inadecuados y, a la larga, el "bebedor ocasional" corre un riesgo importante de convertirse en un alcohólico.
El alcoholismo es una dependencia o adicción física a una sustancia, en este caso el alcohol, y para determinar que una persona es alcohólica debe presentar alguno de los siguientes síntomas de forma continuada durante un tiempo: l Deseo intenso de beber alcohol. l Falta de control sobre el consumo de alcohol, referido tanto a la necesidad de empezar a beber, como a la incapacidad para suspender o reducir este consumo. l Bebe cuando está solo, y trata de ocultar su conducta a las personas de su entorno. l Síndrome de abstinencia cuando no se consume, que se caracteriza por un malestar físico intenso que el paciente intenta aliviar bebiendo. l Tolerancia. Esto implica que el individuo necesita consumir mayor cantidad de alcohol para lograr los mismos efectos. l Lapsus o lagunas en la memoria. l Interferencia en la vida cotidiana: por ejemplo aparece un abandono progresivo de otras fuentes de placer, se descuida el aspecto personal, disminuye el rendimiento laboral o académico, o se emplea mucho tiempo para conseguir alcohol o recuperarse de sus efectos. l El consumo de alcohol persiste con independencia de sus consecuencias físicas (como el daño hepático o la desnutrición), psicológicas (depresión, ansiedad), del deterioro cognitivo, o de las repercusiones que tenga sobre la actividad laboral, las relaciones familiares y sociales, etc.
¿Cómo afecta el alcohol al cerebro?
Un consumo excesivo de alcohol puede causar daños irreversibles a las células cerebrales, algo muy frecuente en las personas con problemas de alcoholismo. Así, de entre los efectos nocivos del alcohol en el cerebro, destacamos los siguientes: l Afecta a las funciones cerebrales: y podría alterar el control motor (cambios de humor, reacciones más lentas, mala pronunciación al hablar, pérdida del equilibrio,...). l Altera la acción de los neurotransmisores: disminuye la alerta y el autocontrol, retarda los reflejos, produce cambios en la visión, pérdida de la coordinación muscular, alucinaciones, etc. l Daña las células cerebrales de forma irreversible. l Produce periodos de amnesia: alteraciones en la memoria, en la concentración y en la conciencia de diversa duración (minutos, horas, e incluso, días). l Causa trastornos de sueño. l Aumenta el riesgo de padecer depresión, ansiedad y estrés. l Impide el correcto desarrollo cerebral en los adolescentes. l Es frecuente la presencia de telangiectacisas en la cara (pequeños capilares rojizos) y aumento del tamaño de las glándulas parótidas.
Efectos dañinos del alcohol en el cerebro
Dificultad al caminar, visión borrosa, arrastrar las palabras al hablar, reacciones lentas, memoria deteriorada: Algunas de estos deterioros se detectan después de haber bebido solamente uno o dos tragos y se resuelven rápidamente cuando se deja de beber. Por otro lado, una persona que bebe grandes cantidades durante un largo período de tiempo podría tener alguna deficiencia que persiste mucho después de conseguir sobriedad.
Exactamente cómo el alcohol afecta el cerebro y la posibilidad de hacer reversible el impacto en el cerebro por beber grandes cantidades son todavía temas álgidos dentro de la investigación del alcohol hoy en día. Sí sabemos que beber grandes cantidades podría tener efectos extensos y de gran alcance en el cerebro, desde simples "lagunas" en la memoria hasta condiciones permanentes y debilitantes que requieren una vida entera bajo tutela. Y aun beber moderadamente conlleva a una limitación de corto plazo, tal como lo demuestra la investigación extensa sobre el impacto que causa la bebida al conducir un vehículo. Una cantidad de factores influencian cómo y hasta dónde el alcohol afecta el cerebro, incluyendo: l Cuánto y con qué frecuencia una persona bebe l La edad en que comenzó a beber, y cuánto tiempo ha estado bebiendo l La edad de la persona, el nivel de educación, el género, antecedentes genéticos e historia familiar de alcoholismo l Si corre algún riesgo como resultado de una exposición prenatal l Su estado de salud general
Pérdida momentánea del conocimiento y lapsos de la memoria
El alcohol puede producir deterioros que se pueden detectar en la memoria después de sólo haber tomado unos pocos tragos y, al tiempo que la cantidad de alcohol aumenta, también aumenta el grado de los deterioros. Grandes cantidades de alcohol, especialmente cuando se las consume rápidamente y con el estómago vacío, pueden producir una pérdida momentánea de conocimiento, o un intervalo de tiempo que la persona ebria no puede recordar detalles claves o aun sucesos completos. Las pérdidas momentáneas de conocimiento son mucho más comunes entre quienes beben socialmente que lo que antes se suponía y se las debería ver como una consecuencia potencial de ebriedad aguda sin que importe la edad o si se depende clínicamente del alcohol.
¿Son las mujeres más vulnerables a los efectos del alcohol en el cerebro?
Las mujeres son más vulnerables que los hombres a muchas de las consecuencias del uso del alcohol. Por ejemplo, las mujeres que sufren de alcoholismo desarrollan cirrosis, un daño causado por el alcohol del músculo del corazón (miocardiopatía) y daño a los nervios (neuropatía periférica) después de menos años de beber en grandes cantidades en comparación con lo que beben los hombres con alcoholismo. Los estudios que comparan la sensibilidad de los hombres y de las mujeres en el daño del cerebro causado por el alcohol, sin embargo, no han sido definitivos.
Tratamiento del alcoholismo
Debido a que el alcoholismo es una enfermedad multicausal, su tratamiento debe seguir un enfoque multidisciplinar en el que se integre el trabajo de varios profesionales especializados en la adicción al alcohol. Los tratamientos actuales para alcohólicos no inciden sobre la dependencia, sino sobre el consumo y la decisión de consumir. Hay varias fases en el tratamiento del alcoholismo y la primera estriba en el reconocimiento de la adicción por parte del paciente.
Cuando este deja de beber manifiesta el síndrome de abstinencia, que debe ser tratado adecuadamente y que, dependiendo del grado de dependencia, puede hacer necesario el ingreso hospitalario del paciente. Esta fase se conoce como desintoxicación. En la última etapa del tratamiento, la deshabituación, el objetivo es que el paciente permanezca abstemio durante el resto de su vida. Todo el proceso psicoterapéutico se basa en intervenciones psicoterapéuticas neuropsicológicas, psicofarmacológicas y psicosociales, que incluyen: terapia individual o de grupo, programa de prevención de recaídas, farmacoterapia, psicoterapia familiar o de pareja, neuropsicología, coordinación con grupos de autoayuda, seguimiento desde atención primaria, atención especializada, servicios sociales y unidades de internamiento generales.
Los tratamientos conductuales se basan en que la dependencia alcohólica es una conducta adquirida, consecuencia directa de una serie de factores que motivaron el inicio del consumo de alcohol, que en muchos casos también están relacionados con la permanencia del hábito. Por tanto, neuropsicológicamente, su objetivo es modificar esta conducta actuando sobre el individuo, con la colaboración de familiares y amigos.
Daños al cerebro por otras causas
Las personas que han estado bebiendo grandes cantidades de alcohol durante largos períodos de tiempo corren el riesgo de desarrollar cambios serios y persistentes en el cerebro. El daño puede resultar de los efectos directos del alcohol en el cerebro o pueden resultar indirectamente, de un mal estado de salud general o de una enfermedad grave del hígado. Por ejemplo, la deficiencia de tiamina es una ocurrencia común entre las personas que sufren de alcoholismo y es el resultado de una nutrición general deficiente.
Conclusiones
No todas las personas que sufren de alcoholismo son iguales. Experimentan diferentes grados de deterioro, y la enfermedad tiene orígenes diferentes en diferentes personas. La buena noticia es que la mayor parte de las personas que sufren de alcoholismo con limitaciones cognoscitivas demuestran por lo menos alguna mejora en la estructura y en el funcionamiento del cerebro al cabo de un año de abstinencia, a pesar que a algunas personas les toma más tiempo. Los clínicos neuropsicólogos deben considerar una variedad de métodos de tratamiento para ayudar a las personas a dejar de beber y a recuperarse de los deterioros del cerebro relacionadas con el alcohol, y hacer estos tratamientos a la medida del paciente individualmente.