IGNACIO SCOCCO

"Estoy feliz porque fue un partido soñado"

El gran goleador de la noche en el Monumental se mostró muy contento por su consagratoria actuación y dijo que quería dar vuelta la imagen del cotejo de ida. Se llevó la pelota de regalo.

El delantero de River Plate Ignacio Scocco fue el gran protagonista anoche en la remontada ante Jorge Wilstermann y afirmó que vivió "un partido soñado" en el estadio Monumental, al anotar cinco goles en el triunfo 8-0.

"La verdad que estoy muy feliz y contento porque fue un partido soñado. Quería dar vuelta la imagen de lo que había pasado en Bolivia. Los delanteros tenemos noches así y sabía que podía dar más", expresó un emocionado Scocco, quien se llevó la pelota del encuentro ante los bolivianos como recuerdo de una noche memorable.

Fue la primera vez que hizo cinco goles en su carrera y como es habitual cuando un jugador mete tres, se llevó la pelota que hizo autografiar por todos sus compañeros.

"Me tocó hacer cinco goles, pero la importancia de ellos para que pueda conseguir esto y pasar de ronda", justificó su pedido para llevarse el trofeo más deseado para un delantero.

El atacante reconoció que sabían que "había que marcar un gol o dos antes de los treinta minutos para jugar con la desesperación del rival".

"Sabemos que para ganar la Copa no podemos repetir el partido que tuvimos en Bolivia. Teníamos que atacar continuamente y los goles tempraneros nos ayudaron mucho", señaló.

En la rueda de prensa, ante una pregunta eligió "el primero y el segundo gol fueron lindos pero la importancia del tercero fue saber que ya teníamos como mínimo los penales". Después vinieron dos más que hicieron innecesario que se alargue la indefinición.

El dueño de la pelota

Ignacio Scocco confesó al término del partido en que River Plate goleó a Jorge Wilstermann, de Bolivia, por 8 a 0, que vivió su "noche soñada" al anotar cinco goles, algo inédito en unos cuartos de final de Copa Libertadores, por lo que en los vestuarios se apropió del balón y se lo llevó a sus compañeros para que todos lo firmaran.

Lo primero que hizo ‘Nacho’ cuando llegó a los vestuarios fue conseguir una fibra negra que le acercó un auxiliar administrativo riverplatense y antes que empezaran a bañarse sus compañeros, se plantificó en el acceso a las duchas y uno a uno les fue haciendo firmar la pelota que minutos antes le había entregado el árbitro chileno Julio Bascuñán.

Claro que primero el ex delantero de Newell’s Old Boys debió recurrir al utilero del plantel para que le acercara una toalla, ya que el balón estaba muy húmedo y debió secarlo para que la tinta de la fibra no se diluyera.

Y después sí, una vez concluido todo ese operativo, se duchó con la misma tranquilidad que demuestra en el campo de juego y salió del vestuario con la pelota bajo el brazo, hasta que el mismo asistente que le había conseguido la fibra le recordó que se estaba olvidando el termo con el que había cebado mate a sus compañeros en estos días de concentración en el imponente complejo La Reserva, del Sofitel de Cardales.

El 19 de marzo de este mismo año Scocco le marcó tres goles a Vélez Sarsfield en el Coloso Marcelo Bielsa del Parque de la Independencia rosarino y al término del encuentro anunció que pretendía convertirse en el máximo goleador histórico de Newell’s, algo que planeaba alcanzar en un par de campeonatos, ya que le faltaban 30 para llegar a la marca de 103 que ostenta Víctor Rogelio Ramos. Nunca imaginó que un par de meses después se tendría que ir de ‘su casa’ por la puerta chica y cumpliría otro sueño de récord con la camiseta del club del que era hincha de pequeño, River Plate.

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