Santiagueña en México nos cuenta experiencias tras el terremoto

Milagros Abalovich es una joven santiagueña que vive actualmente en Playa del Carmen (ubicada al sureste de México) y que, en diálogo con EL LIBERAL, comentó las experiencias que se viven por estas horas en ese país, tras haber sido azotados por dos sismos en el mismo día.

A su vez, nos contactó con otros amigos mexicanos, quienes vivieron de cerca el segundo terremoto que terminó con incontables edificios destruidos, además de dejar a gran parte de la población sin energía eléctrica ni insumos de todo tipo.

Agustín Camus es médico cirujano y es una de las personas que enviaron sus reportes a EL LIBERAL, contactado por la santiagueña, contando en primera persona lo vivido en Ciudad de México. "La situación en la Ciudad de México es de incertidumbre. El día de hoy se cumplen 32 años del terremoto que sacudió esta misma ciudad, por lo que por costumbre, todos los años se realizan simulacros para seguir haciendo conciencia en la ciudadanía sobre este suceso. Con lo que no contábamos, es que a unas horas de los simulacros programados como cada año, las alarmas sísmicas de la ciudad se hicieron sonar a las 13:14 hrs. tiempo de México.

Al caminar sobre las calles de la zona sur de la ciudad, en mi caso en la zona de Tlalpan, la gente se encontraba en las calles. Algunos con la incertidumbre de lo que estaba ocurriendo, otros con miedo a los pocos o muchos daños que sufrieron sus hogares o locales comerciales en los que laboran. A algunos metros de donde yo me encontraba, observo el derrumbe de un edificio de supermercado de tamaño considerable, en el cual, al parecer nadie resultó dañado. A través de la radio, así como en redes sociales, han circulado imágenes del derrumbe de algunos edificios, escuelas y casas en distintos puntos de la ciudad, principalmente en las zonas de Benito Juárez, Coyoacán e Iztapalapa.

Los servicios de movilidad como el metro, taxis, y algunos otros como luz y cervicios de celular, no están presentando sus servicios. Siendo una ciudad en constante movimiento, la gente se intenta reincorporar a sus actividades del día a medida de lo posible, sin embargo, el ambiente que se vive entre nosotros como ciudadanos es de incertidumbre, así como de un poco de miedo ante cualquier réplica. En las calles no dejan de escucharse las sirenas de las ambulancias y el ruido de los helicópteros tanto del gobierno como de la milicia que sobrevuelan sobre nosotros evaluando la situación. Los servicios de emergencia se encuentran activos", finalizó Camus.