20 años sin Lady Di
"La princesa del pueblo" tenía 36 años cuando murió en un accidente en París.
Un Mercedes Benz negro circula veloz en medio de la noche parisina, y en el túnel del Puente del Alma, cerca del río Sena, la limusina choca contra un pilar. En el lugar hay paparazzis que toman las primeras fotos. "La princesa Diana está dentro", dice uno de los presentes. Es la madrugada del 31 de agosto de 1997 y comienza el drama de París, la muerte de Lady Di, de la que ahora se cumplen 20 años.
Diana de Gales, de 36 años, y su novio Dodi Al Fayed, de 42, habían salido de cenar en el hotel Ritz, en la Place Vendôme, seguidos por fotógrafos. Ninguno de los cuatro ocupantes de la limusina llevaba puesto el cinturón de seguridad. Diana, gravemente herida, fue trasladada a un hospital donde murió poco después. Solo sobrevivió el guardaespaldas, que viajaba en el asiento del copiloto.
Las investigaciones revelaron que el chofer conducía demasiado rápido para escapar de los reporteros y que había ingerido alcohol y medicamentos.
"Tenía heridas muy graves en la cabeza, pero todavía vivía (...) Pero precisamente las personas que habían ocasionado el accidente no ayudaron, sino que fotografiaron cómo murió en el asiento trasero", lamentó dos décadas después su hijo menor, el príncipe Harry, en un documental realizado por la BBC.
La tragedia sacudió profundamente a los británicos y a millones de personas en todo el mundo. Diana era la "reina de corazones", capaz de consolar a personas afligidas o de dar la mano a un enfermo de sida, algo desacostumbrado entonces para un miembro de la familia real británica. Su naturalidad entusiasmaba a la gente; su comportamiento era muy diferente al del príncipe Carlos, al que muchos consideraban excéntrico y poco accesible.