Desguazarán el Tango 02 y la Fuerza Aérea reutilizará sus repuestos
El Fokker F-28 con más de 30 años, que estaba en servicio cuando Macri llegó al poder, no pasó las últimas revisiones.
La vieja flota aérea presidencial está viendo los últimos días de una era de gloria, según se desprende de los planes que tiene el Gobierno para los aviones que la componen. Uno de los que ya tiene signada su suerte es el Tango 02, un Fokker F-28 con más de 30 años, que se desguazará en el futuro.
La nave estaba en servicio cuando Mauricio Macri llegó al poder, en diciembre de 2015, y continuó volando hasta enero pasado. Pero en el primer mes del año una inspección revisó uno de los motores (el tiempo de uso vencía en marzo de este año) y determinó que no estaba en condiciones de seguir operando por daños en los álabes de la turbina.
El intento de recuperar la máquina enfrentó a los técnicos a un camino con obstáculos. No sólo se trataba de una nave con varios años, sino que la fábrica de esas aeronaves dejó de existir. Todo eso complicó la obtención de repuestos, que terminaron de convencer al Gobierno.
Por estos días, el Ministerio de Defensa trabaja con la Fuerza Aérea para cederle la aeronave, que se desarmará y será reutilizada como repuestos en otros aviones del mismo modelo que forman parte de su flota. Una parte de su tripulación será reentrenada para volar el Tango 04, un Boeing 737/500 fabricado en 1993 que está en inspección. Si la aeronave supera la última inspección, estará otra vez operativa en septiembre u octubre.
El emblemático Tango 01, un Boeing 757/200 que compró Carlos Menem y el ex presidente Fernando De La Rúa prometió vender pese a que era "muy lindo", fue desprogramado por sus "altos costos operativos, la proximidad de las inspecciones de mantenimiento, su obsolescencia, corto alcance y poca autonomía de vuelo", explica un informe que envió Jefatura de Gabinete al Congreso.
Hoy está preservado según las disposiciones de Boeing a la espera de lo que será su última participación en un acto oficial: el proceso de subasta pública para su venta, que hará el Banco Ciudad. El Gobierno aún recorre el proceso para tasarlo. La última cifra que circuló lo valuaba en unos US$ 2,5 millones, una cifra irrelevante en comparación con el lujo que representó en los años '90.