Le destrozó en la cara botella de fernet a su esposa y va derechito a juicio oral
El escándalo tuvo de antesala mucho alcohol. A botellazos, mandó al hospital a la madre de sus cuatro hijos.
Rápidamente la Fiscalía envió a juicio a un albañil celoso y violento, escasos meses después de desfigurar a la esposa a botellazos.
Ante la jueza de Género, Norma Morán, las fiscales Cecilia Gómez Castañeda y Andrea Juárez sellaron el futuro de Miguel Ángel Catán, del Bº Bosco II.
El hombre adquirió trascendencia en abril. Había bebido con los amigos y después descargó su ira contra su esposa, Ermelinda Gorostiaga.
No hubo un "disparador" aparente con el que pudiese justificarse. Catán sólo fue consecuente con años de palizas y humillaciones, cuyo motor siempre eran el vino y la cerveza.
Sangre y vergüenza
Con el rostro bañado en sangre, Gorostiaga se encerró en el baño. Lloró sus penas y pidió a una hija que le retirara los pedacitos de vidrio de la mejilla con una pincita de depilar.
Horas después, el individuo volvió a la carga con otro bochorno, pero terminó detenido y esposado.
Hoy, Catán ya está excarcelado, pero la causa está culminada, convirtiéndose en la primera con el flamante sistema penal.
Ayer la Fiscalía animó una audiencia de control de acusación y de pruebas y ante los defensores Carolina Neder e Ignacio Rojos, Gómez Castañeda detalló las "hazañas" de Catán. Por ejemplo, le provocó "traumatismos y escoriaciones y 15 días de curación a la víctima".
Los psicólogos habían descripto a Catán como un sujeto propenso a "la agresividad, inmadurez emocional, adicción al alcoholismo, cero responsabilidad y constante justificación".
Dado a semejante "arsenal" de pruebas, la magistrada dio luz verde al requerimiento. Catán abandonó cabizbajo el recinto. Su regreso a los tribunales será ante un tribunal para afrontar un juicio con pronóstico de condena segura.