VIOLENCIA DE GÉNERO

"Ya prendí el horno para meterte ahí", amenazó un panadero a su ex pareja

Un hombre fue condenado a dos años de prisión en suspenso por tres hechos de violencia de género contra su ex pareja. La había agredido, la había amenazado y violó las restricciones impuestas por la Justicia. El Palacio de Tribunales fue el escenario ayer de una audiencia en la que se celebró un juicio abreviado en contra de un hombre de apellido Ordóñez Martufi.

De acuerdo con lo expresado por la fiscal del caso, Dra. Cecilia Gómez Castañeda, contra el imputado había tres legajos que se originaron a partir de denuncias radicadas por la víctima de apellido Rizzoli.

En el primero de los episodios, el sujeto habría agredido a la mujer, quien había sido su pareja durante unos años pero luego la relación finalizó, sin que él aparentemente aceptara la ruptura.

El médico de Sanidad Policial habría examinado a la damnificada y le diagnosticó lesiones curables en 7 días.

Por el incidente, la Justicia habría fijado una prohibición de acercamiento y de contacto entre los dos protagonistas. Sin embargo, el pasado 10 de junio el acusado se habría presentado en la casa de la mujer y desde su vehículo le habría gritado que la "metería" en el horno; cabe señalar que es de profesión panadero.

Ella radicó la denuncia nuevamente, pese a ello el sujeto se presentó ante ella seis días después nuevamente, le habría asegurado que "ya prendí el horno para meterte ahí".

Ante las evidencias, y como no existían antecedentes de violencia en la pareja, el abogado del imputado, Dr. Moisés Azar Cejas, acordó con la fiscal Gómez Castañeda un juicio abreviado, en el que el acusado aceptaba su culpa y responsabilidad por los hechos y se establecía una pena de dos años de prisión en suspenso.

La jueza de Género, Dra. Norma Morán, escuchó a las partes, advirtió a Ordóñez Martufi de lo que implicaba aceptar la culpa y el juicio abreviado, por lo que ante la conformidad de las partes, convalidó el acuerdo y condenó al panadero a la pena establecida bajo estrictas medidas de comportamiento. De esta manera, el hombre recuperó su libertad tras haber permanecido un mes tras las rejas, con la advertencia de que si no cumple las reglas de conductas fijadas por la magistrada, la pena será de cumplimiento efectivo.

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