Detuvieron a Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol
El dirigente, vicepresidente de la UEFA, fue detenido en Madrid por la Guardia Civil por orden de un juez que lo investiga por corrupción.
Ángel María Villar era el último sobreviviente de una generación de dirigentes del fútbol mundial marcada por el escándalo. La suerte abandonó esta mañana al mandamás de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y vicepresidente de la UEFA cuando la Guardia Civil lo arrestó en sus oficinas de Madrid por orden de un juez que lo investiga por corrupción.
Junto con él cayó su hijo, Gorka Villar, que hasta el año pasado ejerció como director general de la Conmebol. Había llegado a ese cargo al otro lado del Atlántico por influencia del fallecido Julio Humberto Grondona, un histórico aliado y amigo de su padre.
Pese a las sospechas que rodean a su figura, había conseguido hace dos meses que lo eligieran para un nuevo mandato al frente de la RFEF, donde manda sin oposición desde hace 29 años, y que la UEFA lo ratificara en su cargo de vicepresidente.
Su nombre había sobrevolado el FIFAgate que le costó la carrera a Joseph Blatter y a Michel Platini, entre otros pesos pesados de la dirigencia del fútbol mundial.
Villar, de 67 años, sentía la sede de la RFEF, donde hoy lo detuvieron, como su domicilio particular, cuentan sus allegados.
El juez Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional, investiga una trama de manejos económicos irregulares que habría permitido a Villar enriquecerse con fondos de la Federación.