INVESTIGACIÓN

La droga provenía de Bolivia y habría llegado en 5 ó 6 vuelos clandestinos

Gendarmería Nacional llevó a cabo un trabajo de inteligencia por meses y hace tres días estaban apostados en la zona.

El secuestro de 1.800 kilogramos de cocaína en un campo del noreste santiagueño, sacó a la luz una realidad en la región que se convirtió en tierra fértil para las bandas narcos que operan en el país.

Detalles de un operativo que puede derivar en otros golpes a las organizaciones narcocriminales.

El histórico golpe que se registró ayer fue el resultado de meses de investigación, como lo había manifestado el juez federal Guillermo Molinari y el comandante Jorge Pereyra del Escuadrón 59 de Gendarmería, quien encabezó el procedimiento.

En diálogo exclusivo con EL LIBERAL, Pereyra brindó datos reveladores de una operación que podría tener más derivaciones. De acuerdo con lo manifestado por el Comandante, el vuelo clandestino con la cocaína había partido desde Bolivia, donde los proveedores enviaban cargamentos para la banda que operaba en suelo santiagueño. Allí ya se pueden advertir nexos a nivel internacional.

Al ser consultado sobre cuál era el destino de la droga, el gendarme fue tajante y aseguró que aún no se puede establecer y que podrían ser varios lugares.

En cuanto a la cantidad de bultos secuestrados, Pereyra señaló que estiman que se trataba de un acopio, correspondiente a cinco o seis vuelos clandestinos como el que fue detectado ayer.

Según indicó, se presume que la banda realizó un envío de droga cada tres o cuatro días en el último mes, acopiando la sustancia en la tolva secuestrada.

En cuanto a las características de los bultos, explicó que estaban acondicionados con gomas de cubiertas de camión, para que soporten la caída desde el cielo.

El jefe de la fuerza, remarcó también que se trata de una banda perfectamente organizada y con una logística importante, la cual se puede presumir de los teléfonos satelitales, vehículos y por el hecho de que arrendaban un campo y contaban con maquinarias, simulando ser productores.

Por último, Pereyra hizo hincapié en que el campo donde se concretó el procedimiento es de difícil acceso, lugar estratégicamente elegido por estas bandas, y destacó que ahora cuentan con las herramientas necesarias para combatirlas, en referencia a la utilización del helicóptero, sosteniendo que sin el apoyo aéreo hubiera sido imposible obtener los resultados alcanzados.

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