Albañil, acusado de asesinar a reconocida psiquiatra santiagueña, recibiría perpetua
Liliana Oubiña fue asesinada el 20 de agosto del 2016. Cayó desde el tercer piso al vacío, aparentemente arrojada por el sujeto, quien fue apresado en la escena del crimen.
A poco más de un mes de que se cumpla un año de la muerte de Liliana Oubiña, la reconocida psiquiatra santiagueña que murió al caer desde el tercer piso del edificio en el que vivía en la ciudad de Córdoba, arrojada por un hombre que la había asaltado, la causa llega a juicio oral. El acusado podría enfrentar una pena de prisión perpetua.
Liliana Inés del Huerto Oubiña Bonacina tenía 58 años y vivía sola en el edificio. A su vez tenía su consultorio en otra zona de la capital cordobesa.
Su muerte no fue un accidente o una autodeterminación: para la Justicia, un hombre la asaltó y, con el objetivo de lograr impunidad, la terminó arrojando desde su balcón.
La psiquiatra santiagueña cayó desde 15 metros aquella jornada del 20 de agosto del año pasado. A los diez meses, el fiscal Guillermo González envió a juicio al único sospechoso.
Claudio Alejandro Allende (45), un albañil que había salido de la cárcel meses antes por un asalto, deberá responder como supuesto autor de robo y homicidio críminis causa. En caso de condena, la pena podría ser de prisión perpetua.
Allende fue atrapado el mismo día. Había intentado ocultarse en el techo de un ascensor. Tenía las ropas manchadas con sangre y se halló en su poder diversas pertenencias de la víctima.
El albañil en su defensa deslizó que fue a robar y que Oubiña se arrojó tratando de escapar.
No era paciente
Sobre el caso se tejió al principio toda clase de conjeturas. Que el hombre era una ex pareja, que era un paciente o que era un depravado que atacaba a mujeres solas.
La investigación del fiscal permitió armar el rompecabezas, según precisó el diario La Voz en su portal. No era su pareja ni tampoco un paciente.
Aquel sábado a la mañana, Allende habría logrado entrar al edificio Orcón aprovechando que una persona acababa de salir a la calle.
El hombre conocía muy bien el edificio: es que allí vivían los padres de una exnovia de él (actualmente fallecida). Como Allende no tenía dinero, sus exsuegros le habían permitido que trabajara haciéndoles algunas reparaciones edilicias.
La pareja vivía precisamente en el piso de arriba del de la psiquiatra. El fiscal cree que, en algunas de sus visitas a lo de sus exsuegros, Allende habría advertido la existencia de la psiquiatra Oubiña en el edificio.
Premeditado
La reconstrucción judicial permitió determinar que, tras ingresar en el edificio, Allende habría ido directo al departamento 3º B, el de la psiquiatra.
Se presume que la mujer estaba durmiendo cuando fue atacada. El agresor tocó la puerta y, cuando ella abrió (no hay mirilla), la golpeó en la cara.
Vecinos declararían luego que se oyeron gritos y ruidos. Al parecer, el agresor llevó por la fuerza a la mujer hasta el dormitorio y alcanzó a maniatarla. Llevaba un cuchillo.
Aun así, Oubiña no dejó de defenderse con todas sus fuerzas y, tras lograr zafar del delincuente, alcanzó la ventana para pedir ayuda en forma desesperada.
El fiscal está convencido de que, en esas circunstancias, el atacante terminó lanzándola al vacío. Acto seguido, robó lo poco que encontró a mano.
Semanas atrás, Allende rompió el silencio y dio su versión ante el fiscal: insistió en que sólo fue a robar y en que la mujer, asustada, se lanzó por la ventana para escapar.
La estrategia defensiva es clara: una condena por homicidio en ocasión de robo (de 10 a 25 años de prisión) es muy distinta a la cárcel perpetua por un homicidio críminis causa .
Sin embargo, la violencia del ataque y los antecedentes del acusado permiten establecer el homicidio.