La Fiscalía apostaría todo a un juicio con perpetua y la defensa jugaría sus fichas a la emoción violenta
Ni bien Villalba confesó ser el autor del terrible fin de los ancianos, la Fiscalía y la defensa pusieron manos a la obra, detrás de una estrategia con vistas al juicio oral.
Por el lado del Ministerio Fiscal, apelaría a los policías y médicos forenses para acreditar la culpabilidad del ahijado, muy a pesar de que su sola confesión representa un elemento trascendente.
La ciencia analizará ropa, autopsia y cuerpo del homicida confeso, pericias psicológicas y psiquiátricas.
Enfrente, la defensa buscaría convencer a un tribunal que el sujeto sufrió quizá trastorno temporal (igual a emoción violenta) y que sólo ello explicaría tanta sangre.
La defensa alegaría que Villalba sufrió graves problemas psicológicos y, como resultante, intentó matar a su ex; falló y lo cumplió con sus padrinos. Para tal cometido, los psicólogos deben diagnosticar trastornos y dudar de su imputabilidad.