DECISIÓN

Perpetua a Fernando Farré por el femicidio de su esposa

Un jurado popular halló "culpable" de forma unánime al ex empresario por el homicidio de su esposa Claudia Schaefer.

Un jurado popular halló "culpable" de forma unánime al ex empresario Fernando Farré por el "homicidio doblemente agravado por el vínculo y por femicidio" de su esposa Claudia Schaefer, cometido el 21 de agosto de 2015, por lo que fue condenado a prisión perpetua.

Además, al finalizar el debate, que se realizó en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de San Isidro, el juez coordinador Esteban Andrejín estableció que Farré (54) sea privado de la patria potestad de sus tres hijos mientras dure la condena y de la administración de sus bienes.

La última audiencia por el femicidio de Schaefer (44), degollada y apuñalada 66 veces por su marido en el country Martindale de Pilar, comenzó a las 11 en el entrepiso de la sede judicial de Ituzaingó 340 de la mencionada localidad del norte del conurbano, con la presencia del imputado, vestido de traje gris y camisa blanca. Luego de un proceso que duró siete días, el jurado se retiró a deliberar en privado durante una hora y media para arribar a un veredicto, tras oír las instrucciones de Andrejín, quien también les había pedido que debatieran "de una forma justa" y confiaba "en que lo iban a hacer así, ni más ni menos".

Mientras Sandra Schaefer, la hermana de Claudia, esperaba con ansias la resolución del caso junto a su pareja y amigos de la víctima, se acercaron decenas de periodistas y funcionarios del Poder Judicial interesados en el caso, que se reunieron en la entrada del edificio, en el que se habían colgado carteles con la frase "Emoción Violenta NO".

El hombre designado por sus pares para dar a conocer el veredicto, se paró y leyó el acta, tras lo cual el público estalló en aplausos, mientras una mujer ubicada al fondo le gritaba a Farré: "Sos un hijo de mil p..."

Las fiscales, Carolina Carballido Calatayud y Laura Zyseskind, se abrazaron con la hermana de Claudia, mientras otros amigos y familiares se estrechaban en muestras de felicidad. El semblante impasible del acusado y la actitud abatida de sus defensores contrastó de lleno con el resto de los presentes en la sala, quienes continuaron con los aplausos durante un largo rato.

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