El Papa apuesta por "la unidad en la diferencia" en una Iglesia universal
El Pontífice tuvo palabras de pésame con motivo de los dos atentados en Londres que se cobraron la vida de al menos 7 personas.
EL VATICANO. El papa Francisco apostó en el Vaticano por lo que denominó "la unidad en la diferencia", es decir, el respeto en la diversidad en una Iglesia universal, durante la celebración litúrgica de la festividad de Pentecostés.
Además, el Pontífice tuvo unas palabras de pésame con motivo de los dos atentados del sábado en Londres que se cobraron la vida de al menos siete personas y causaron medio centenar de heridos.
"Que el Espíritu Santo done paz al mundo entero; cure las heridas de la guerra y del terrorismo, que de nuevo, en Londres, ha golpeado a personas inocentes: recemos por las víctimas y sus familiares", dijo Jorge Bergoglio.
Francisco pronunció estas palabras al término de esta celebración en la que los católicos conmemoran la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y momentos antes de rezar el Regina Coeli, que sustituye al Ángelus en tiempo pascual.
Durante la ceremonia en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa habló de la "diversidad y la unidad" y de cómo "un pueblo nuevo, variado y unido" potencia una "Iglesia universal".
En esta línea, transmitió a los fieles -que se habían congregado en la plaza vaticana para asistir a esta solemne misa- la importancia de respetar "la unidad en la diferencia" que en su opinión dista mucho de la uniformidad.
En la búsqueda para lograr esta unidad, Francisco alertó sobre que es necesario evitar "dos tentaciones frecuentes", la primera de ellas es la de fomentar "la diversidad sin unidad".
"Esto ocurre cuando buscamos destacarnos, cuando formamos bandos y partidos, cuando nos endurecemos en nuestros planteamientos excluyentes, cuando nos encerramos en nuestros particularismos, quizás considerándonos mejores o aquéllos que siempre tienen razón. Entonces se escoge la parte, no el todo", expuso.
El segundo camino que hay que esquivar es el de "la unidad sin diversidad", donde se tiende a la uniformidad y a "una homologación donde ya no hay libertad". Frente a estas dos opciones, Francisco apuntó a una tercera vía, aceptar la unidad "más allá de las preferencias personales".