El asesino de Teresa Lobato la atacó por la espalda y no le dio oportunidad de defenderse
Los detectives y la fiscal están centrados en dos hombres como los principales sospechosos.
Cuando la investigación por el crimen de Teresa Lobato se encuentra en una etapa crucial y a la espera de los resultados de pericias genéticas y telefónicas que pueden resultar determinantes con varias personas bajo la lupa, pero dos de ellos más complicados, los peritos revelaron cuál fue la mecánica -según la hipótesis que barajan- del brutal asesinato.
La joven fue ultimada al menos de 18 puñaladas la jornada del 28 de abril pasado. En la casa que estaba a su cuidado, ubicada en el paraje Toro Pozo, distante unos 8 kilómetros de Los Telares, Salavina, sólo se encontraba ella con su hija de dos años y diez meses, cuando llegó el asesino.
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Los investigadores y la fiscal que lleva adelante el proceso -Dra. Aída Farrán Serlé- presumen que el autor mantenía algún tipo de relación con la víctima por lo que su presencia en su casa no resultaba extraña y esa jornada llegó sorprendiéndola por la espalda, mecánica con la que habría comenzado su salvaje ataque.La tesis que manejan por estas horas los detectives y la fiscal, es que el autor del hecho llegó enfurecido después de haber observado una escena previa. Tal vez Teresa vio su llegada en un vehículo y esperó dentro de la casa.
Sorpresa
El sujeto habría ingresado y sin mediar palabras la abordó por la espalda, con una mano la tomó del pelo y con la otra empuñó un cuchillo y le aplicó las primeras cuchilladas en la zona intercostal mientras la insultaba.
La empujó unos metros hasta la cama y la arrojó boca abajo, continuando con las cuchilladas en su espalda.
No conforme con ello -siempre en función de la hipótesis predominante- la levantó y arremetió contra la víctima asestando una de las heridas mortales al perforar su tórax, dejando una marca en la pared.
Segundos después le aplicó una nueva puñalada en el tórax, unos centímetros más arriba.
Finalmente, con la víctima desangrándose y desvaneciéndose, le aplicó la última cuchillada en la carótida (cuello), provocando que se desplome y la mayor pérdida de sangre.
Justamente la sangre emanada de la joven en ese lugar, es en la que se habría detectado una huella de zapatilla de hombre sobre la cual están depositadas las mayores expectativas de poder dar con el asesino.
Tras su faena, el homicida se dio a la fuga. Hasta ahora no pudieron dar con él. Hay varias personas involucradas pero las actuaciones estarían enfocadas en dos de ellas.
Las fuentes apuntaron que en los próximos días podrían surgir importantes novedades en torno a las pericias pendientes, cuyos resultados serán determinantes para el avance del proceso.