Ventilan romance y sangriento crimen de un reconocido locutor
Después de años de clandestinidad, la pareja discutió y peleó en el monte. Al día siguiente, el locutor apareció sin vida. Había sido muerto a cuchilladas y con un enorme tronco.
La Justicia ventila, desde ayer, el asesinato de un locutor de Añatuya, como corolario de un tórrido romance con un adolescente, quien tras contemplar al primero besándose con otro hombre, lo ultimó a trompadas, patadas, cuchilladas y golpeándolo con un tronco.
La tragedia estalló el 14 de junio del 2015 en una zona montuosa en la ruta 7 y canal 5 (que conduce a Los Juríes), Añatuya, General Taboada.
Los protagonistas: el locutor Mario Oscar Guerrero, quien se hacía llamar "Elías Álvarez Toledo". El acusado es Sergio Guillermo Suárez, quien ahora tiene 18 años, ayer prefirió no declarar.
El proceso
De acuerdo con la investigación, Guerrero vivía en casa de la abuela de Suárez. Durante años, habrían mantenido un "afer amoroso". El locutor habría pretendido "blanquearlo", pero Suárez siempre prefirió prolongarlo en la clandestinidad.
La noche previa al horror, ambos coincidieron en un baile en las afueras de Añatuya. En la ocasión, el locutor habría conocido a otro hombre y Suárez alcanzó a verlo mientras se besaba con el tercero.
Rumbo al monte
Luego, Guerrero y Suárez se retiraron juntos y se trasladaron a una zona montuosa donde intimaron. Nadie sabe por qué, pero sobrevino una discusión que decantó en pelea.
En ella, Suárez golpeó a Guerrero a trompadas, patadas y cuchilladas. Al ser hallado el cuerpo, al día siguiente, los médicos detectaron múltiples politraumatismos en todo el cuerpo; más aún, en la cabeza.
También, abundaban cortes de cuchillo en el cuello. Y un tremendo golpe con un tronco en la cabeza.
Al ser detenido en un hospital, Suárez dijo que Guerrero lo atacó con el pico de una botella.
Dinero con sangre
La imputación es "homicidio simple" (reprimido con penas de 8 a 25 años de cárcel), pero la causa señala que en la zapatilla de Suárez, la policía descubrió $ 150 manchados con sangre.
Una corriente policial sugiere que el joven mató a Guerrero para ocultar el robo, pero la teoría jamás pudo ser comprobada.