Susana habló de Moyano y dijo que alguna vez fue infiel

Mientras prepara su regreso triunfal a la televisión en lo que será su 30º temporada, y produce a Griselda Siciliani en Sugar con Gustavo Yanquelevich, se hizo espacio para hablar de todo: incluido el amor.

Si bien ya negó infinidad de veces haber tenido una relación sentimental con Facundo Moyano, los rumores nunca desaparecieron, y la diva contó qué es lo que más le llamó la atención de su personalidad: "En él descubrí un hombre cultísimo, con una dialéctica brutal. Es muy interesante hablar con él. Todo lo demás que puedan imaginar, no existe. ¡Basta!", remarcó.

Y aunque hace mucho tiempo se niega a dar nombres, la diva abrió su corazón en diálogo con la revista Gente y admitió que tiene una vida sentimental activa: "Salgo, tengo mis cositas... lo que detesto es la convivencia. ¿Cuándo entenderá la gente que eso destruye por completo a las parejas? Me gustan los hombres más que nada en el mundo, pero no tanto como para volver a vivir con uno. El baño, el televisor y el tiempo ya son sólo míos, para siempre", aseguró.

Al ser consultada sobre si alguna vez tuvo una "doble vida", no se quedó callada: "A veces sí. Tuve por ahí algún affaire con alguien estando en pareja. Pero eso es más común de lo que creemos. Es que yo he sido muy traviesa en el amor... Igual, a esta altura de mi vida conozco tanto a los tipos que no me enamoro ni loca". Y aclaró que "ser feliz es no aburrirse nunca, como me dijo Woody Allen alguna vez, en un encuentro que tuvimos en Nueva York".

Bastó que le dijeran que era el símbolo de la alegría nacional para que la diva arrancara: "¡Sí! Es el mejor halago que pueden hacerme: ‘¡Su, me hiciste sonreír!’... Eso me conmueve. Porque yo me propongo ser feliz hoy, ahora. La vida es tan corta, y a veces tan jodida, que no disfrutar es im-per-do-na-ble. Por eso no hay que conformarse. Hay que pelar espíritu guerrero, así te respetan. Y saber buscar en el interior. No sé... Siempre hay algo que nos hace felices, por más chiquito que sea: dar una vuelta a la plaza o ir a un bingo. ¡Do it!", dijo.

Sorprende cuando comenta que se aburre en Buenos Aires. "Esta ciudad fue perdiendo el espíritu. Ya nadie da fiestas como lo hacían la China (Zorrilla), Cipe (Lincovsky) o la Campoy (Ana María). Hoy todos comen en restaurantes, un ratito, siempre apurados... ¡Qué triste! Por eso, cada tanto hago game-parties en casa: reúno a mis amigos en mesas de póker, rummy o Beto, un juego nuevo brutal que me enseñó Mecha (su hija). Y en cuanto puedo vuelo a La Mary. Ahí me entretengo: siempre hay algo que arreglar, plantar, proyectar. Alimento a las carpas de mi laguna, hago jardinería, me ocupo de mis animales", contó.

Además, reconoció que no se cansa nunca. "No tomo vitaminas, ni nada artificial... ¡Ni loca te tomo un Red Bull, por terror a no dormir más en la vida! Mi fuente de energía es el campo. Me revitalizo con esa tranquilidad: leyendo o durmiendo la siesta enroscada con mis perros frente a la chimenea. ¡El silencio se volvió terapéutico! No sé qué me pasa últimamente. Por eso no puedo levantarme antes del mediodía, porque disfruto las madrugadas, cuando nadie te llama ni te pide cosas".

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