Argentina podría enfrentar a Nueva Zelanda en un supuesto repechaje
Luego de la pobre victoria ante Chile y la derrota ante Bolivia en La Paz, la selección de Bauza quedó en zona de repechaje. ¿Qué decía el santiagueño Emiliano Tadé sobre los All White?
Después de la victoria ante Chile en el Monumental, la Selección Argentina había logrado meterse en zona de clasificación directa, pero en traspié en La Paz ante Bolivia más la victoria del equipo trasandino, el equipo de Edgardo Bauza volvió a la zona de Repechaje. El mismo se jugaría en noviembre ante un representante de Oceanía, el cual está próximo a saberse quién será.
Nueva Zelanda es el principal candidato a ser el rival de quien termine en el quinto puesto de las Eliminatorias de la Conmebol. Los All White ya se aseguraron el primer puesto de la zona A y jugarán la final ante, probablemente, Tahití, quien lidera el otro grupo y está a un pasito de abrochar su boleto al partido decisivo contra Nueva Zelanda. En menor medida, Islas Salomón y Papúa Nueva Guinea cuentan con chances de arrebatarle el primer puesto ante Tahití, aunque deberían darse una serie de resultados.
Justamente en ese país, el futbolista santiagueño, Emiliano Tadé, deleita con su juego a los fanáticos del Auckland City.
Hace unos meses, y en la previa a su sexto Mundial de Clubes, el volante de Santiago del Estero, dejaba sus impresiones sobre el juego de los All White: “Acá están acostumbrados a jugar un fútbol fuerte y muy físico. Parecido al fútbol inglés, tirar pelotazos y centros a los delanteros, casi como de libros. Por otro lado, el nivel más difícil está en la Champions League de Oceanía; ahí sí te das cuenta por qué el fútbol es semi-profesional.”
“Para ellos el fútbol es lo mismo que el rugby para nosotros. Los hinchas apoyan y afortunadamente es una relación bastante linda, es un ambiente familiar”, subrayó el santigueño.
Un detalle: justo en el medio de la fecha designada a jugarse la ida y la vuelta del Repechaje, Argentina debería jugar un partido amistoso ante Rusia para inaugurar el estadio que será sede para la final del Mundial. ¿Exceso de optimismo o falta de previsión?