La familia de Ludmila lucha para que la discapacidad de su hija no sea "una traba" todos los días
Romina Macedo, contó a EL LIBERAL el trabajo de superación que junto con su marido hacen con mucho amor por el bienestar de su hija.
Dicen que lo que define a una persona es la actitud que toma frente a las situaciones que la vida le pone en el camino.
Romina Macedo, mamá de Ludmila -la nenita de 6 años que tuvo que sufrir junto a su familia la humillación de un chofer de colectivo que quiso impedir que viajaran en la unidad-, nunca imaginó que frente a las distintas adversidades, pudiera toparse con una situación de desprecio, arriba de un colectivo.
Por eso a diario, los padres de Ludmila luchan para que la discapacidad de su hija no sea "una traba" para su crecimiento normal como persona.
Ante la adversidad, Romina decidió no quedarse en el lugar de víctima sufriente y tomar cartas en el asunto poniéndole el pecho a las diferencias.
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El diario trajín
"Lo que vivimos día a día es una odisea, desde que pasamos la puerta de casa, hasta nuestro regreso. La ciudad es inaccesible, y la falta de solidaridad y comprensión de la sociedad es muy visible", contó la mama de Ludmila, en diálogo con EL LIBERAL.
"¡Por qué no van en remis! tu silla (especial) ocupa mucho lugar para los pasajeros!...", le había dicho el chofer de la Línea 120, una doliente y cruel expresión que caló hondo en la familia.
"Todavía me pregunto por qué habrá reaccionado de esa manera, si mi hija es una ciudadana más. Solamente intentábamos hacerla subir al colectivo en su sillita especial", explicó.
Ludmila tiene hoy 6 años y le gusta jugar con su hermana menor, Esmeralda de dos años de edad. "Tenemos la atención de la obra social (Iosep), que le brinda la cobertura de salud necesaria para mi hija. Hace pocos renovamos una silla especial para Ludmila y mensualmente obtenemos algún tipo de alimentos", contó su mamá.
La pequeña "Ludmi" estuvo en un jardín de infantes común, donde hizo integración en una sala de cinco años. "Este año ingresó a una escuela pública "Hellen Keller", que funciona dentro del Instituto Provincial de Rehabilitación Integral (Ipri), donde va tres veces a la semana y después realiza rehabilitación, con kinesiología y fonoaudiología", comentó Romina.
Mucho también le deben a la asociación "Mariposas en Acción", la que acoge a muchos chicos con capacidades diferentes desde su perfil solidario.
Su mayor deseo
Mejorar la infraestructura ante la cantidad de barreras para personas con discapacidad en la capital santiagueña, es un tema que la familia Macedo Díaz debe sortear todos los días.
"A diario es común notar la falta de juegos inclusivos para chicos con discapacidad", y recordó que más allá de su diagnóstico, "son niños, y en mi caso, llevo a mi hija al parque y ni siquiera hay una hamaca que ella pueda utilizar, los tres únicos juegos que hay en el parque, están rotos. Falta más conciencia de parte de la sociedad y autoridades competentes", concluyó Romina.