ENTREVISTA

Antonio Grimau: "Interpretar a Sandro es un salto al vacío"

Antonio Grimau vive momentos increíbles en su carrera. Haber sido convocado para interpretar a Sandro, en la miniserie que prepara Telefé, es lo soñado como también hacer, en teatro, un clásico como El Avaro, de Jean-Baptiste Poquelin, llamado Molière. Tendrá un 2017 intenso. Desde mayo comenzará a grabar los capítulos (serán trece) sobre la vida de Roberto Sánchez, el ídolo de América. Durante un mes y medio estará inmiscuido en las grabaciones de Sandro y, casi simultáneamente, comenzará con los ensayos de la obra teatral para debutar, en un teatro porteño, en julio próximo.

Antonio Rebolini, nombre real de Grimau, al momento de conceder una entrevista telefónica a EL LIBERAL, se encontraba en Merlo (San Luis) junto a su familia. Y brindó detalles exclusivos de lo que será esta producción dirigida por Israel Adrián Caetano.

Un actor siempre busca componer a un personaje soñado. Usted ha hecho a varios fuertes pero, ¿Sandro es el que ha estado esperando durante mucho tiempo?

Es un personaje soñado en tanto y en cuanto me sorprende, a esta altura de mi carrera, la convocatoria para hacerlo. Nunca antes me hubiera imaginado yo en el rol de Sandro. No me hubiera dado la cabeza para llegar a imaginarlo. Si bien es cierto que hace muchos años atrás en reuniones familiares hasta he imitado a Sandro, jamás hubiera imaginado que algún día iba a recibir el ofrecimiento de encarnarlo. Por supuesto, me llena de felicidad y también la enorme responsabilidad. Estamos frente a un desafío muy grande. Se trata de salir airosos de una oferta de trabajo, diría de las más valederas para mí porque me puede reportar mucho. Es una miniserie de 13 capítulos que se emitirá en toda América porque la figura de Sandro es mundialmente conocida. De salir airoso, sería un enorme aporte a mi carrera. Estos desafíos hacen crecer al actor. Si uno queda reducido a una zona de comodidad, a lo que con cierta facilidad puede llegar a hacer, creo que es ahí donde uno empieza a desnaturalizarse como actor y a perder valor.

¿Cuál es el desafío que tendrá si tenemos en cuenta lo que significa Sandro en el imaginario popular?

El desafío es enorme. Es un salto al vacío. Yo confío muchísimo en Adrián Caetano como director, que me merece el mayor de los respetos. Sandro es un ídolo popular que está más que definido en la mente y en el corazón de tanta gente. De modo que, ser aceptado como tal, en la interpretación, es un desafío enorme pero, bueno, yo creo que el actor se debe nutrir, precisamente, de estos desafíos. Yo he venido sorteando desafíos desde hace mucho tiempo. Desde la convocatoria primera me parecían desafíos insalvables en un punto y este es uno de ellos. Intentaremos salir airosos a pesar de lo dificilísimo que es el encuentro con este enorme personaje querido y admirado por mí desde mi adolescencia hasta hoy en día.

¿Qué sensaciones le generó cuando Caetano lo convocó para hacer Sandro?

Una emoción muy grande. Fue totalmente inesperado e impensado. Es más, yo desconocía por completo el proyecto. Ni siquiera estaba avisado de que se iba a hacer una miniserie que hablara de la vida de Sandro. De modo que fue un mediodía que recibí el llamado de mi representante Pedro Rozón quien, con la frialdad que lo caracteriza (imita su voz), me dijo "Te quieren para hacer Sandro". "¿Qué?, ¿perdón? ¿de qué me estás hablando?, ¿es una broma?" le dije a Pedro. Y él me dijo que Adrián Caetano me quería para que haga Sandro. "¿Tengo que hacer un casting?", le pregunté y Pedro me dijo que no porque la productora ya había decidido que sería yo. Todavía estoy envuelto en una carga emocional muy grande. En la realización de las fotos para la prensa me alcanzaron la réplica del anillo que usaba Sandro y, de verdad, me corrió un frío por la espalda.

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