El Indio Solari: el "gran negocio" que sólo fue deudas para los vecinos de Olavarría
Seguros de la multitud que se acercaba, invirtieron en alcohol y comida. Un traspié del que a muchos les costará salir.
La coupé Torino que era su joya más preciada la convirtió en billetes detrás de una ilusión: hacer una buena diferencia económica para financiar su propia fábrica de cerveza artesanal. Pero como le ocurrió a la gran mayoría de lugareños, el puesto de bebidas y comidas a metros del escenario del predio La Colmena, donde tocó el Indio Solari, resultó un fiasco.
David Hojman hoy se quedó a pie, con una deuda de 100000 pesos y miles de latas sin abrir que poco y nada valen en esta ciudad donde en cada garaje abundan packs de cerveza que no pudieron vender a los más de 300000 fanáticos que el sábado vinieron a ver al Indio Solari.
"Regalamos más de mil raciones de comida porque si no, la teníamos que tirar", cuenta este joven licenciado en gastronomía que con un socio pagó 8000 pesos por uno de los puestos oficiales que el municipio autorizó en la avenida Avellaneda. Solo recuperó 20000.
Las calles colapsadas de gente y la sobreoferta perjudicaron a casi todos.
Talleres, comercios de los más diversos tipos y las ventanas de las casas particulares. Todo se convirtió durante aquellos días en una suerte de bar al paso donde se ofrecían bebidas, choripanes, sandwichs, empanadas y carne asada.
"De las 4000 latas que compré me quedaron 3700", reconoce Esteban Dietrich, que por unos días combinó su ferretería con una venta de cerveza al paso. Tuvo suerte: consiguió todo a consignación.
A Emiliano Salvaneschi le fue algo mejor; cerró su taller con una barra, puso equipos de música y atrajo a la clientela con sándwiches de milanesa y bebidas. "Sólo me quedaron cuatro botellas de agua", asegura. Su stock inicial era de 2800 latas de cerveza, 1000 vinos y otros tanto de agua.
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"Perdí más de 30 lucas", admite Sergio Carmusciano, que acompañó a su esposa en la idea de montar un puesto de choripanes y tragos. Pudo reubicar en carnicerías más de 1000 chorizos sin cocinar. "Esperábamos una diferencia a favor para pagar el cumpleaños de 15 de mi hija", dice entre lamentos.
En la esquina más próxima a donde cantó Solari, seinstaló un joven que pidió préstamo de 26000 pesos y armó un puesto de remeras. Solo vendió tres a 150 pesos. Apenas otras 20 liquidó a 60 pesos, precio de costo.
Unas 3000 de las 5000 latas que compró Federico Cortés están apiladas en la oficina de su taller mecánico. En un freezer guarda más de 30 de los 120 kilos de carne que compró para sándwiches. "Hubo un exceso de oferta que nos jugó a todos en contra", reconoce. A Luciano, dueño de una forrajería, le sobraron 5000 de 6000 cervezas.
El supermercado chino que hasta el viernes proveyó latas de cerveza a 11 pesos por unidad y ahora está comprando el stock remanente a razón de 6 pesos cada una. Negocio redondo.