Robaron en Punta del Este importante cantidad de dinero y joyas a una familia de santiagueños
Se trata de la familia Nassif. El golpe redujo notoriamente el dinero que habrían previsto para vacacionar. Las víctimas: esposos, hijos y suegros. Retornaron a los pocos días a la capital.
Una familia santiagueña fue víctima de la delincuencia en Punta del Este, al ser despojada del dinero ahorrado para las vacaciones y joyas.
Se trata de la familia Nassif, con residencia en esta capital. El matrimonio, los hijos y suegros se instaló en un distrito llamado "El Chorro", Punta del Este.
Muy molesto con el trato que recibió incluso antes de los atracos, el jefe de familia dijo: "En un principio nos dieron un apartamento. Al otro día nos dijeron que teníamos que mudarnos a esta casa", señaló la víctima. Por ende, ocuparon la casa de dos plantas denominada "Alto Las Piedras" del balneario Buenos Aires, al este del arroyo Maldonado.
Lejos de descansar, desde el comienzo fueron "visitados" por delincuentes. La primera vez fue una tentativa. En esa oportunidad la afectada fue su suegra.
Fea impresión
"La impresión que tengo es muy fea. Me sentí inseguro. Me parece un lugar que es muy precario", expresó Nassif. "Fui a veranear por 15 días. Hicimos muy poca playa. Encima, mi suegra se quedó una tarde a cuidar la casa. Sintió un ruido, fue y encontró una ventana abierta. Se trató de una tentativa de robo. Esa vez fracasó, pero a la semana el ladrón volvió. Y encima me apuntó con un arma", ahondó.
"Apenas pudimos ir a la playa que estaba enfrente. Íbamos y volvíamos con esta locura por los robos. Nos refugiamos en la casa. Fuimos una vez a la playa Mansa y nos volvimos enseguida por miedo a que nos robaran otra vez", expresó.
Visita nocturna
La casa alquilada era de dos plantas. "Eran como las nueve y media de la noche del 1º de febrero. Estábamos cenando en la planta baja. En la cocina. De repente, mi señora me dice: Parece que hay gente en la casa porque sentí un ruido raro’. Cuando subo por la escalera, veo a una persona en la puerta del dormitorio principal. Estaba vestido con ropas negras. En una mano tenía el picaporte de la puerta. En la otra, un revólver. Bajé lo más rápido que pude y saqué a mi familia de la cocina hacia el patio de atrás para esperar que el ladrón se fuera de la casa. Casi al mismo tiempo lo veo salir por el lado trasero. Ahí lo sigo. Fue hacia la casa de enfrente. Se paró y me apuntó con el revólver. Me tiré debajo de mi camioneta. No lo vi más".