Natalia Oreiro se prepara para ser una mujer anfibia en un filme con Willem Dafoe

Natalia Oreiro ya piensa en "Bajo el agua", uno de los últimos relatos de Adolfo Bioy Casares, que Alejandro Chomski comenzará a rodar con ella y Willem Dafoe en septiembre, en Canadá.

A mitad de camino entre una serie de recitales rioplatenses y el rodaje que la obligará a actuar por primera vez en inglés, Natalia Oreiro dijo a Télam que "este cuento de Bioy Casares tiene mucho de fantástico. Mi personaje es muy lindo, la posibilidad de trabajar con Alejandro y poder hacerlo con Willem Dafoe a quien vi en teatro cuando vino aquí para hacer ‘The Old Woman’ es maravillosa".

"El desafío es grande, nunca hice una película fantástica, tampoco una hablada en inglés, aunque lo hablo; hablé alemán en ‘Wakolda’ y participé en una serie en ruso, pero para trabajar un personaje como el de ‘Bajo el agua’ le pedí a Alejandro que no hable inglés nativo, sino el de una argentina", señaló en torno a ese rodaje.

"Bajo el agua" no es un relato fácil, como ninguno de los escritos por Bioy Casares, e implica recurrir a efectos especiales que, cuando nació el proyecto, recién se estaban experimentando, pero que ahora sí podrán ser usados para lograr el realismo que requiere.

La historia tiene como eje a un hombre que aspira a una mujer más joven y pide a un científico que le injerte una glándula de salmón que le permita rejuvenecer. Lo que no imagina es que a consecuencia de la cirugía, se le atrofiarán los pulmones, le crecerán branquias y deberá vivir irremediablemente bajo el agua.

Entonces ella pedirá que le practiquen igual injerto y así descartar a otro pretendiente que, ocupado en su profesión, descuidó ese vínculo, según adelanta la versión de Jorge Stamadianos y Claudia Soria.

Chomski, que recientemente estrenó tres filmes y hace siete años ya abrevó en el autor de "La invención de Morel" cuando presentó "Dormir al sol", se muestra entusiasmado con el proyecto que unirá a Campo Cine, de Matías Avruj con una empresa canadiense.

Oreiro, quien viene de asumir a la estrella tropical Gilda dirigida por Lorena Muñoz, lleva en su mochila títulos como "Un argentino en Nueva York", "Cleopatra", "La peli", "Las vidas posibles", "Música en espera", "Francia", "Miss Tacuarembó", "Mi primera boda", "Infancia clandestina" y "Wakolda".

Por su parte, Willem Dafoe es uno de los grandes actores estadounidenses y se lo ha visto recortarse en un centenar de papeles disímiles, desde "Calles de fuego", "Vivir y morir en Los Ángeles" y "La última tentación de Cristo", hasta "Spiderman", "Anticristo" y "Pasolini".

Oreiro, mientras tanto, se dedica a lo que también sabe hacer muy bien que es cantar en recitales con sus temas y los del filme "Gilda, no me arrepiento de este amor".

¿Por qué decidiste priorizar a la actriz?

Cuando tenía veintipico tuve la necesidad de profundizar la actuación, mi vocación era la de actriz, de personajes diversos y venía de mucha televisión y comedias: tenía ganas de hacer cine, drama y sabía que para eso tenía que tomar un rumbo firme, no sólo algo que parta de mi interior sino que tenga consecuencia con las decisiones que iba tomando.

Pero te fuiste a cantar lejos...

De este lado me dediqué únicamente a la actuación, y en cine hice varias películas, pero nunca abandoné la música, y cada año o dos viajaba principalmente a Rusia, algo que aquí no difundía, que no tenía la necesidad de contar si no me lo preguntaban.

Sin embargo, en cine también tuve oportunidad de cantar, en "Miss Tacuarembó" y en "Infancia clandestina".

¿El punto de inflexión se dio en Gilda?

Sí, fue en Gilda donde de alguna forma se juntaron las dos cosas: el personaje tenía mucho de drama, de construcción de un personaje sensible, con muchas condiciones nuevas como era interpretar a alguien de la vida real, reconocido y recordado, y la parte musical, que vino de la mano.

El viernes 3, Natalia Oreiro tocará con su banda en el Festival de Peñas de Villa María, en Córdoba, que cumple 50 años, y se la verá en directo por La Televisión Pública; el 18 estará en el Carnaval de Lincoln, y en el Festival del Mar en el Uruguay. Un febrero con mucha música.

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