VIDEO: Menores en motos atemorizan en la noche de Frías
Aprovechan la escasa iluminación de la ruta y corren en el oscuro sin importarles nada y sin que nadie los perturbe.
FRÍAS, Choya (C) "De terror". Así es como definen los vecinos al acceso Norte y Este de la ciudad, que viven cerca de la ruta nacional 157, cuando los grupos de más de 150 motocicletas (según cálculos de los residentes), se adueñan de las calles para realizar picadas, en la más absoluta soledad.
"Viernes de ilegales. Mástil 0:00 hs" llama la invitación por Facebook y todos saben que la cita es el monumento a la bandera. Aunque no lo aclara, todos conocen que la misma es para el viernes, pero vale para el sábado y el domingo también.
La cómplice predilecta: la oscuridad. En el nodo vial que distribuye los caminos hacia Tucumán y Santiago (ruta provincial 6 por Choya), por el norte y este, reina la oscuridad desde el mismo monumento a la bandera.
Hacia el sur, por la 157 yendo a Córdoba, la ruta es el escenario perfecto: una recta de más de 1500 metros hasta el acceso a la ciudad por calle Catamarca, la cual lejos está de ser aquel tramo bien iluminado que ofrecía una buena visibilidad de los accesos a estaciones de servicios y barrios que hay para ambos lados de la cinta asfáltica.
Según relatan varios vecinos, a partir de la medianoche comienzan a llegar las motos, se forman en tres grupos (la mayoría son de 110 y 125 cc especialmente de las de tipo Scooter) y muchas de ellas sin cachas ni espejos, y con los caños de escapes sin silenciador.
Con las primeras horas de la madrugada se inician la carreras, asegurándose de que la policía se encuentre rondando por los boliches.
La mayoría son menores. Los que van en parejas, con sus novias, corren con ellas contra otra similar y, por supuesto, los cuatro sin casco. Por otra parte, los que van solos corren recostados boca abajo sobre el asiento y realizan los cambios con sus manos.
Desde la salida de la rotonda hacia el sur la "madrugada ilegal" cobra vida y la ruta queda bajo el mando único de los menores y sus motos ruidosas.
Así el sonido de escape libre prácticamente no se corta hasta las 5 o 6 de la mañana cuando saben que la circulación del camino nacional lentamente comienza a volver a la normalidad.
"Hasta ahora de milagro no tuvimos que lamentar una desgracia, pero no es necesario llegar a ese extremo" relató una de las tantas vecinas de la zona que no puede creer el grado de peligrosidad al que se enfrentan los chicos.