El Sevilla de Sampaoli derrotó al Real Madrid
Cristiano había adelantado al Madrid con un penal, pero Sergio Ramos marcó de cabeza en propia puerta en el 85' y dio alas al Sevilla, que marcó el gol de la victoria gracias a Jovetic.
El fútbol se tomó el capricho de castigar a Sergio Ramos en diferido, muy cerca de ese territorio que tan bien domina, y esos minutos que se escriben con historia. Un cabezazo del central, le quitó al Real Madrid medio partido. El otro medio se lo arrebató Jovetic, que ha entrado al galope en esta Liga. El Sevilla, menos rupturista que de costumbre, lo dejó todo en la embestida final.
Todo sucedió en un suspiro. Marcelo cometió una falta evitable y, como pidió Sampaoli, el partido se le hizo insoportable al Madrid. También a Keylor Navas, que flaqueó en los dos goles. Le hirió el azar y le remató un Sevilla indestructible, investido formalmente como candidato.
Era el mismo producto del jueves, pero se sirvió en otro envase, más hermético, casi irrompible. Zidane y Sampaoli sacaron idénticas conclusiones del compromiso copero: hubo demasiados jugadores por delante del balón y les pareció una frivolidad. Así que el Madrid hizo recortes en su formato, quedó amparado por dos centrales, les dio carrete a sus laterales y le quitó un punta al once, cuyo papel se repartieron Kroos y Modric.
El Sevilla también cambió, se apostó con una defensa de cuatro, auxiliada por dos mediocentros y con un único punta, Ben Yedder. Fue mejor sin la pelota y peor con ella. Así tuvo el partido un desarrollo más convencional, en parámetros de igualdad, con un Sevilla menos territorial y un Madrid sobreprotegido. Hasta el minuto 26 no se registró el primer temblor, un remate inocente de Cristiano Ronaldo. A esas alturas, cuatro días antes, las áreas estaban sembradas de balas.
En aquel partido tan cerrado, al que contribuía un ambiente cargado por el efecto Ramos, sólo Marcelo y Modric asomaron la cabeza en los primeros minutos sin llegar a ninguna conclusión, más allá de una buena internada del croata que luego desabrochó con un mal centro. El resto del Madrid se movió en torno a Casemiro, ese futbolista sobre el que hace ya muchos meses dio la vuelta el viento. Empezó limpiando la mala conciencia del equipo. Hoy es consejero de seguridad nacional. Como N’Zonzi en el Sevilla.