Salteño tenía una carta en la que le pedían un "trabajo" de magia negra
Además de un libro de San La Muerte, el presidiario reveló que tenía el manuscrito que habría sido confeccionado por una mujer.
La Justicia continúa analizando la declaración del convicto salteño que prestó testimonio en el marco de la investigación por el crimen del pequeño Marito Agustín Salto.
Si bien el hombre estuvo el jueves y el viernes en nuestra provincia, recién ahora se conocieron más detalles sobre lo que expresó frente a los investigadores y las autoridades judiciales.
Sosa, como sería el apellido del sujeto, trabajaba en un campo cercano a Quimilí cuando ocurrió el brutal asesinado de Marito (2 de junio de 2016). Había llegado hasta ese lugar escapando de una condena en su provincia, por la presunta participación en un homicidio.
Tras el hallazgo de los restos del niño, el salteño habría desaparecido. Los dueños del campo alertaron a la Policía y algunas semanas después fue hallado en Añatuya. Cuando lo identificaron, se dieron con que tenía pedido de captura en su provincia. Entre sus pertenencias tenía un libro de San La Muerte, al igual que una imagen grabada en su piel.
Altas fuentes ligadas al caso revelaron que le consultaron por el libro, y que éste manifestó que lo obtuvo allí, en la alcaidía del Centro Judicial añatuyense. Además, entre sus pertenencias habrían encontrado una carta de una mujer, que le pedía un "trabajo" de magia negra.
Las fuentes deslizaron que varios testimonios nombraron a Sosa, como un hombre que realizaba rituales religiosos o satánicos en la zona, por lo que al investigar se tratarían de ritos kimbanda. Por su parte, el salteño negó cualquier posible participación en el brutal crimen. De todas formas aceptó que le tomaran muestras de ADN.