Crimen de Marito: interrogan y practican hisopado a salteño
Estaba prófugo en Quimilí y desapareció tras la muerte del niño. Tendría conocimiento sobre rituales satánicos. Negó participación alguna.
Un salteño que cumple una condena en su provincia natal, supuestamente por la participación en un homicidio, prestó testimonio en el marco de la investigación por el crimen del pequeño Marito Agustín Salto. El presidiario negó tener alguna vinculación con la muerte del niño de 11 años, explicó cuál es su relación con San La Muerte y algunos rituales religiosos, y fue sometido a un hisopado. Después de un frustrado primer intento a finales de diciembre, Sosa, como sería el apellido del salteño, fue extraditado a Santiago el pasado viernes, oportunidad en la que fue trasladado al Palacio de Tribunales, donde prestó declaración testimonial.
De acuerdo con las fuentes consultadas, el hombre tiene numerosos antecedentes y en su haber cuenta con el paso por penales de diferentes provincias como Santa Fe y al menos dos en su provincia.
Según confiaron las fuentes, en el 2012 había sido condenado a más de 4 años de cárcel en Orán, Salta, por la supuesta participación en un crimen. Cuando transcurría la mitad de la pena, le permitieron realizar trabajos en una granja. Fue allí que aprovechó y se escapó.
En su fuga recaló en Quimilí. Habría protagonizado algunos incidentes que derivaron en su detención en diferentes comisarías de la zona. En el sector habría sido conocido por un tatuaje de San La Muerte que llevaba en su brazo, culto que habría comenzado a profesar en su estadía en nuestra provincia.
Lo que le llamó la atención a los investigadores, fue que tras el hallazgo de los restos de Marito -el 2 de junio pasado- llamativamente Sosa desapareció.
El salteño trabajaba cuidando un campo de la zona, pero sus propietarios al advertir su ausencia realizaron un comparendo para dar con él. Allí, ante la consulta, se dieron con que pesaba sobre él una orden de captura por la condena que debía completar en su provincia.
Cuando la Policía lo logró ubicar, prestó un primer testimonio y luego fue extraditado a suelo salteño. Ahora, cuando la Justicia santiagueña comenzó a ahondar en la hipótesis del vínculo con rituales con la muerte de Marito, surgieron algunas dudas respecto de la declaración de Sosa.
En su testimonio brindado el viernes ante la fiscal Olga Gay de Castellanos y efectivos de la División Homicidios y Delitos Complejos, el hombre negó haber tenido alguna relación con el pequeño asesinado o con alguna de las personas nombradas hasta el momento en la causa.
Sí admitió conocer sobre rituales religiosos y esotéricos, haciendo mención a un libro que obtuvo cuando estuvo preso en Añatuya.
Tras su declaración, Sosa fue sometido a un hisopado -al igual que otros testigos- para que la Policía tenga una muestra genética en caso de ser necesario cotejarla con restos hallados en el cadáver de la víctima.
Cumplidas las medidas previstas por la Justicia local, el presidiario fue trasladado nuevamente hasta la cárcel de la vecina provincia donde completará la pena en su contra.