"Burrero" vio a su ex bailando con nuevo novio y le fracturó la nariz a trompadas
El médico confirmó heridas en ojo, labios, brazos, tórax y fractura del tabique nasal. La querella le exige $100.000 para operación y gastos varios.
Envalentonado por el éxtasis de fin de año, un "burrero" habría irrumpido en la casa de su ex; a trompadas y patadas impuso el fin a la algarabía de la mujer y su nueva pareja.
Ello se desprende de un incidente protagonizado por Julio Alejandro Cáceres y Sara Elvecia Lescano, separados desde hace dos años.
Desde entonces, ella lo denunció fácilmente en diez ocasiones.
Ambos están separados por 300 metros, pero él también posee un galpón frente a la casa de Lescano, en donde aloja a sus caballos.
Ayer, su historia fue ventilada en audiencia, a cargo de la jueza de Género, Norma E. Morán.
Unos y otros
Por la Fiscalía, Cecilia Gómez Castañeda y la querella, María Luisa Cárdenas.
La Fiscalía abogó para que se le convierta la aprehensión en detención.
Basó su planteo en la denuncia de Lescano.
Explicó que Cáceres le hace la vida imposible, sólo porque ella no abandona la casa por ambos adquirida.
Subrayó que el 1 de enero cerca de las 19, él llegó al galpón y la vio acompañada por su nueva pareja.
"Bajó de una camioneta; fue directo hacia mí. Me golpeó a patadas y trompadas. Gritaba a sus amigos que se encontraban en una camioneta, que le alcanzaran un revólver para que me mate...", afirmó Lescano.
De todos los gustos
La denuncia desborda de incidentes y bochornos de variados calibre.
A su turno, la defensa, a cargo de Gabriel Chalcón, planteó nulidades objetando vencimientos legales.
Igualmente señaló que la "película" es diferente y que en la realidad su cliente es la víctima de Lescano.
Destacó que sería la mujer quien pretende la casa, caballos y hasta una camioneta de Cáceres.
Y que el 1 de enero, "ella y su novio se pusieron a bailar, en clara provocación a mi defendido".
Coincidente con las otras partes, requirió a la jueza que fijara impedimentos de contacto, mientras dure la Investigación Penal Preparatoria (IPP).
Tras escuchar a todos, Morán legalizó la aprehensión; la convirtió en detención y la fijó por 15 días.