ENTREVISTA

"El peronismo y el kirchnerismo representaron para el país una forma de totalitarismo frustrado"

El autor del libro recientemente editado "La década sakeada" analizó con dureza el rol del PJ en la vida democrática del país y desconfió que figuras como Massa, Scioli y Gioja representen "una renovación de dirigencia política" de cara al 2017.

Para el periodista, escritor y exdiputado de la Coalición Cívica, Fernando Iglesias, uno de los grandes desafíos que debe profundizar la democracia argentina es "contar con una justicia que logre monitorear a los gobernantes en el poder", dijo, como una manera de condenar la corrupción y "los recursos que se robaron al Estado", en los últimos años. "Me parece que tiene razón el kirchnerismo cuando dice que su régimen político no fue fascista, porque es cierto que en Argentina no hubo campos de concentración, pero instalaron un Gobierno de tipo fascista, cuando transformaron los medios públicos en un aparato de propaganda gubernamental, o cuando persiguieron a la oposición, o sacaron una ley de medios que trataba de clausurar a su principal enemigo político que era el grupo Clarín, sin olvidar la falta de independencia de la Justicia", apuntó el escritor. Desde este análisis, Iglesias definió al kirchnerismo y al peronismo como "formas de totalitarismo incumplidas y frustradas, y no fueron por más, porque gran parte de la sociedad lo impidió". Siempre se acusó al peronismo de no dejar concluir los gobiernos diferentes a su signo político ¿Macri corre el mismo riesgo? -Ese será el gran desafío. El último gobierno civil no peronista que terminó su mandato fue el de Marcelo Torcuato de Alvear (UCR, 1922 - 1928), así que está muy claro el rol que ha jugado el peronismo cada vez que hubo un gobierno democrático que no fue de su propio color. El gran desafío es romper esa idea, y que el peronismo se transforme en un partido más, entre los diferentes partidos y la gente pueda votar a quien crea conveniente que deba gobernar. Venimos de una indigna celebración de la caída del gobierno de Fernando de la Rúa que me parece una vergüenza. Si bien puede haber sido muy mala su gestión, tenía un mandato constitucional que le dieron millones de argentinos, y nadie tiene derecho a destituir un Gobierno de esas características. Tenemos que recordar cuando en 2012 salimos millones de ciudadanos a protestar por las atrocidades que nos parecía que cometía Cristina de Kirchner y su proyecto de reelección eterna, pero nadie pidió que renunciara, y el Gobierno continuó. Me parece que lo principal es que Macri pueda gobernar sin interrupciones. Y en este mentado proyecto de renovación al que apunta el peronismo ¿visualiza una dirigencia diferente? -Ojalá se renueve, pero no veo que lo estén haciendo. Me cuesta pensar que el PJ pueda enfrentar algún tipo de renovación con dirigentes como (Luis) Gioja o (Daniel) Scioli. El otro gran núcleo peronista que es el Frente Renovador, no tiene autocrítica. Acaba de estallar el escándalo de Odebrecht (la constructora brasileña en Argentina que reconoció haber pagado coimas por 35 millones de dólares a funcionarios argentinos entre 2005 y 2013). Dos figuras relevantes del FR fueron Alberto Fernández y Sergio Massa, ambos fueron jefes de Gabinete durante ese período y no los he escuchado que salgan a pedir disculpas o aclarar por el caso. Están sin autocrítica y sin renovación de ideas y personas, y no son más que un ‘frente reciclador’. ¿Qué reflexión le merece el primer año de gestión del Gobierno nacional? -Desde el punto de vista político, el país ha tenido un cambio fundamental y decisivo entre un país que funcionaba como una especie de monarquía con sus instituciones destruidas, con impunidad y niveles de corrupción nunca vistos. Desde el punto de vista de enriquecimiento ilícito fue muy lamentable, pasando ahora a una República con muchos problemas y cosas para mejorar. Desde lo económico se salió de situaciones que no podían continuar y que eran insustentables en el largo plazo, como el cepo cambiario o el default, que había que solucionar si no queríamos repetir la historia de la convertibilidad. Este 2016 fue un año complicado y el Gobierno se mostró optimista y creo que el 2017 va a ser un poco mejor. Solo espero se cumplan las previsiones de mayor crecimiento para todos los argentinos.

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