El mejor regalo de Navidad
Durante estas fechas algunos se ponen un poco tristes y otros "demasiado alegres". Pero ¿Sabemos vivir la Navidad?
Siempre que llegan estas fechas, uno empieza a pensar en el árbol de navidad, en los regalos, en la comida, en que se alquilen vajillas o mesas, o incluso casas o fincas para que todos podamos pasar la Navidad “juntos en familia”.
Pero que sucedería si te dijera que todas es cosas que enumeramos y pensaste, no son realmente la navidad. Que el festejo de esta fiesta tiene que ver con algo más íntimo y personal. Algo que tiene que renacer desde adentro de uno mismo para poder cambiar nuestras vidas y las de los demás.
No es que no me gusten los regalos (me caen tan bien como a cualquiera jajaj), sin embargo vivir la navidad no solo puede tener un lado religioso por el nacimiento de Jesucristo, sino un renacer personal. Es una etapa donde nos replanteamos acciones durante este año y comenzamos a hacer un balance antes de que el 2017 se nos venga encima.
La Navidad saca nuestro lado más humano, el renacer que Jesús nos revela no tiene que ver con ir a misa, comulgar o rezar puramente. Se relaciona más con ayudar a quienes vemos en la calle y acercarles abrigo o agua por los calores. De invitar un plato de comida a quienes pasan hambre. De sacar una sonrisa a niños que no imaginan que pueden tener un juguete para estas fiestas.
Practicar la paciencia y la generosidad, aunque uno sepa que en este mundo no somos todos santos. Y Saber que aunque hay gente que se levanta todo los días pensando a quien engañar o estafar, podemos con nuestro esfuerzo cambiar un poquito este mundo.
Recordar que por un “Buen día, permiso o gracias” no nos cobran impuesto y que el utilizarlos nos pueden abrir muchas puertas y muchos corazones. No se necesita hacer grandes obras de caridad, cada uno con su granito puede colaborar a que nuestro paso por este mundo sea mejor para nosotros y para los demás.
Me resulta egoísta pensar que si hago “algo bueno” por alguien, la felicidad que esa persona sienta me puede hacer sentir feliz a mí. En definitiva estaría usando al otro como medio para un beneficio propio.
Esta debería ser la energía que nos mueva a todos. Tener paciencia con nosotros mismos, pero por sobre todo con nuestra familia. Brindar por un nuevo año con más copas en la mesa y por menos sillas vacías. A pesar de las perdidas físicas, esas personas que no vemos, siempre están.
La Navidad ya no es nieve y un señor de traje rojo, en Santiago del Estero se la vive con 40º y el ruido de los coyuyos en viejos algarrobos.
Que estas fiestas nos ayuden a ser un poco mejor. FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO.