Redes sociales: qué pasa con nuestras emociones y cómo afectan las relaciones
Algunos santiagueños sostienen que están cansados de estar conectados permanentemente y por eso borran sus perfiles de Facebook, Twitter e Instagram. Sin embargo, los adolescentes tienden a fortalecer su permanencia en estos espacios virtuales.
En algunos lugares del país, sobre todo en las grandes ciudades como Buenos Aires, hay una tendencia que cobra más adeptos: la gente borra sus perfiles de Facebook, Twitter e Instragram, porque aducen que están hartos de estar conectados. En Santiago del Estero si bien se escuchan algunas voces detractoras de las redes sociales, los especialistas indican que "la tendencia se da a fortalecer la conducta en las redes y no tanto a dejarla por completo" y que "ese es el gran problema social a desvanecer las relaciones sociales".
En una entrevista con EL LIBERAL, el neuropsicólogo Mariano Vega explicó que sobre la base de una investigación que realizó para averiguar y evidenciar qué poder causaba internet y sobre todo las redes sociales, concluyó que "la mayor cantidad de uso de la red es consumada por adolescentes entre 15 a 18 años, seguido por personas ya maduras y terminando por individuos de la tercera edad".
"Podemos confirmar que nuestra provincia no es la excepción del uso indiscriminado de las redes sociales, del tiempo que se consume el Twitter, Whatsapp, LinkedIn y, sobre todo, Facebook, dejando atrás muchas de nuestras obligaciones, estudios y hasta vida familiar que es donde empezamos a afectarnos en nuestras emociones, acercamientos, interrelaciones personales y por sobre todo la madurez de decir ‘basta’ a las nuevas tecnologías sin poner un límite", añadió el Lic. Vega.
El profesional sostuvo que las redes sociales "transforman los estilos de vida, cambian las prácticas y, también, crean nuevo vocabulario, pero todo esto se produce a un ritmo tan acelerado que genera confusión y desconocimiento de la usabilidad y los derechos en torno a su actividad’.
Quienes se manifiestan agobiados por las redes sociales se justifican en que en estos espacios las agresiones verbales son frecuente y que cada vez más hay cuestionamientos por la forma de ser, sentir y actuar o incluso por los silencios. Aunque las nuevas tecnologías acercan a las personas, la sobreexposición puede ser un grave problema si todo el tiempo se están sometiendo a cuestionamientos.
"Las redes sociales se convierten en parte en el aprendizaje social, sobre todo de los adolescentes que son quienes más las usan. Si bien puede ser beneficioso utilizado convenientemente, en muchos casos crea modelos alejados de la realidad generando comportamientos y actitudes que suscitan problemas de autoestima y estrés, entre ellos están los relacionados con el cuidado de la imagen, los prototipos de éxito o la reputación digital", ahondó.
Emociones
Pareciera que Facebook se ha transformado en una vidriera de las emociones.
"Interactuamos con nuestros amigos y familiares, los sentimos más cerca, estén donde estén. Sin embargo, el asentamiento de este nuevo modo de comunicarnos, global y continuo, crea un nuevo escenario que nos expone en todo momento a información deseada y no deseada. Estudios recientes que afirman que la constante exposición a estos espacios puede provocar envidia y depresión en jóvenes y personas de baja autoestima o en proceso de duelo, con sus consecuentes efectos negativos en el equilibrio emocional", dijo Vega.
Asimismo señaló que "para muchos usuarios, las redes sociales han dejado de ser sólo un medio para interactuar con sus seres queridos. El hecho de que la red de contactos crezca considerablemente, convierte el perfil en una potente herramienta de marketing personal. Por tanto, nadie publica información negativa, ni mucho menos fotos desfavorables".