Acordó la compra del bebé a una adolescente discapacitada por $ 4.000 y una casa
Por desinteligencias, la transacción llegó a oídos de la policía. La trama y los artilugios ensayados, por si el "negocio" se frustrara. La madre biológica tiene 18 años y habría afirmado que no puede criarlo.
La atípica estampa de un reluciente Citroën C4 blanco acabó de abortar la presunta venta de un recién nacido a un porteño, oriundo de Hurlinhgam, detenido junto con una mujer, amiga de la madre biológica.
La movida fue comandada por la fiscal Aída Farrán Serlé, en sintonía con los policías de la Seccional 32 de Nueva Esperanza, departamento Pellegrini.
Según la causa, la protagonista es una adolescente, de 18 años, carente de recursos que dio a luz un hermoso varón en la sala 7.
Al desandarse la historia, se sabe que un vecino sospechó, al arribar de Buenos Aires un extraño amigo de la embarazada.
Los protagonistas
En el medio, apareció en escena una amiga santiagueña, nexo entre la jovencita y el desconocido, procedente de Hurlingham.
Así, todos los "actores" sociales se trasladaron al Hospital de Nueva Esperanza, en teoría a celebrar el gran acontecimiento. Ello alertó a la policía, cuya génesis funciona aceitada por sospechas de maniobras ilegales, que por la felicidad posparto.
Ni bien llegó el bebé, la amiga (de 44 años) habría hecho ingresar al porteño a la sala de la parturienta.
"Él es el padre del chiquito. Vive en Buenos Aires. Vino a llevárselo", habría anunciado a las enfermeras, un tanto incrédulas.
Contradicciones
Como nadie creyó la buena nueva, en horas aparecieron policías para terciar y desterrar nebulosas.
Lejos de ratificar la versión, la amiga habría comenzado a contradecirse.
Tanto se esforzó por idear una historia decorosa, que trastabilló y habría terminado confesando una intuición colectiva.
En realidad, ella habría contactado al porteño para hacerse cargo del bebito.
Al ser interrogada, la madre biológica habría señalado que no tiene recursos y arregló "entregarlo" al porteño, trascendió.
Dos versiones
Con ello, surgieron dos versiones antagónicas: una indica que el acuerdo fue la "venta" del bebé por casi $ 4.000, y también el ofrecimiento de la construcción de una vivienda para la madre biológica, indicaron calificadas fuentes judiciales.
La otra añade que en realidad el porteño venía ayudando a la parturienta, proveyéndole pañales, alimentos y todo cuanto necesitara para transitar los 9 meses de gestación.
Como unos y otros no sonaban convincentes, Farrán Serlé ordenó la aprehensión del porteño y de la "intermediaria".