"Fue un milagro de la Virgen que estemos todos vivos"
Esas fueron las primeras palabras de una de las mujeres que resultó lesionada tras el vuelco del camión en la Cuesta del Portezuelo de Catamarca.
Los peregrinos santiagueños que protagonizaron el vuelco el domingo a la tarde, al descender por la Cuesta del Portezuelo, fueron dados de alta, y coincidieron en manifestar que se trató de un milagro que todos los ocupantes del vehículo solo hayan resultado con lesiones leves tras el accidente.
Los nueve heridos fueron dados de alta entre la noche del domingo -los internados en el Hospital San Juan Bautista-, y el mediodía de ayer, cuando recibieron el alta los que se encontraban en el Hospital de Niños por golpes menores. Se trata de Andrea Neirot (17), Mercedes Pereyra (15), Luis Pereyra (2) y Alma Giangreco, de 9 meses.
Cristina Noemí Neirot, de 42 años, en dialogo con la prensa, dijo a que la sensación durante el siniestro ocurrido a la altura del primer parador sobre ruta provincial Nº2 fue "horrible”.
"El conductor tuvo que dar contra la montaña porque si no caíamos al precipicio. Fue un milagro de la Virgen que estemos todos vivos, que mis nietos, que mi yerno, que mis hijos estén bien. Gracias a Dios estamos vivos. Fue horrible", relató.
"Cuando se cayó el camión y se dio vuelta pensábamos que nos caíamos al precipicio. Era todo desesperación. No sabíamos qué hacer. Me fui hacia donde estaba mi nieto de 2 años, que iba sentado adelante. Después hacía mi otra hija, de 15 años, que estaba aplastada por el camión, y yo pensé que estaba muerta. Fue una desesperación. Yo lo único que pedía era que la sacaran de ahí abajo", añadió.
Neirot fue la más afectada por el accidente, ya que sufrió lesiones en su cervical, y durante varios días deberá utilizar un cuello ortopédico. El resto de los ocho heridos, "gracias a Dios, solo sufrieron algunos golpes mis dos nietos y mi hija de 15, y una sobrina y el novio de ella. Todo ocurrió porque se le reventó el pulmón del freno al camión, que es de Vialidad Provincial. Veníamos bajando despacio, por eso no morimos", dijo.
"Traíamos una virgen, y no se rompió. La veníamos trayendo en las manos. Esto fue un milagro de la virgen. Hace 21 años que venimos a la procesión", contó.
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