TRAMA

Recibió una inquietante amenaza y culpa al exmarido de una compañera del Ministerio de Educación

El "amenazado" -residente en el Bº San Germés- dijo que lo están culpando de mantener un amorío con la exmujer del supuesto amenazador que sería efectivo policial.

Un empleado del Ministerio de Educación denuncio haber recibido varias amenazas por parte de un supuesto funcionario policial, vía Whatsapp, advirtiéndole que sospecha de un amorío con su exmujer y que por ello remediaría el "afer" a balazos limpios.

Así lo reveló M.R.L. de 42 años, del Bº San Germés, ante la Fiscalía a cargo de la doctora Aída Farrán Serlé. De acuerdo con la sorpresiva presentación, en la víspera el individuo recibió, a las 8.15, una serie de Whatsapp, desde un celular cuya titularidad ignoraría.

Cero sutilezas

"Mira, ya está. No te guardo ningún rencor. Vos no tenés ninguna culpa de que mi ex sea de ovarios blandos, decile", habría afirmado el desconocido, sin que el destinario haya decodificado la trama de semejante mensaje.

"Siempre me acuerdo de vos. Por las dudas, cada vez que salgas de tu casa saluda a tu familia porque capaz que te visito. Y te presento a mi amiga fiel. Esta, te garantizo, no falla", agregó el sujeto, sin dejar lugar a dudas que no juega.

Imagen, 100 palabras

Mientras el receptor intentaba recuperar el aliento, ingresó una fotografía a su celular.

Era la imagen de una pistola Bersa 9 mm, comúnmente empleada por los funcionarios policiales.

Veinte segundos después, llegó otro Whatsapp del mismo personaje.

"Mirá, no quiero ser malo, pero creo que tengo un comprimido para vos. Y ese está dentro de la tía. No te molesto más. Dale riendas sueltas a tu mobosidad (¿morbosidad?). Suerte".

Sonidos del silencio

A partir de la denuncia, la Fiscalía arbitraría los medios para garantizarle seguridad al denunciante.

En primer lugar, citaría a la compañera de trabajo (N.T.).

Si ello fuese insuficiente, pediría a la empresa de telefonía celular le informe la identidad del titular del celular del que partieron los Whatsapp, trascendió.

La Fiscalía analiza el tenor de las amenazas. Todo indica que el desconocido tendría cierta afinidad o apego a las armas de fuego.

Desde ese aparente fetiche es que habría exhortado, no tan por las buenas, a quien asume es el tercero en discordia, a que haga un paso al costado.

Sea cual fuese la motivación, la fiscal terciará urgente para que la sangre no llegue al Bº San Germés.

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