25 escritores participan de una iniciativa para difundir la narrativa a través de audiotextos
La colección forma parte de
un proyecto sin fines de lucro
que busca socializar desde una
vía alternativa la producción literaria
de escritores conocidos y
emergentes, representantivos de
las búsquedas estéticas y temáticas
que están teniendo lugar en
un escenario dominado todavía
por el realismo pero donde cada
vez se hacen más fuertes el terror,
la ciencia ficción y las distopías
que juegan a extender las
fronteras del verosímil.
Lo distintivo en el caso de este
proyecto impulsado por la
productora cultural UnaBrecha
y la asociación civil Grupo Heterónimos
es la modalidad elegida
para abrir las discusiones en torno
a los focos de exploración de
la narrativa argentina: un soporte
que pretende esquivar la tentación
del multitasking para recuperar
una forma ancestral de
difusión de la cultura que demanda
una atención más focalizada,
pero ofrece como contribución
un intercambio complejo
que surge de la intersección entre
la palabra escrita y las modulaciones
de quien lee el texto.
“Es un modo totalmente diferente,
que requiere de otra actitud.
Lo oral tiene a ser más efímero,
más volátil, más disperso,
y en consecuencia muchas veces
requiere de una atención mayor
a la de una lectura silenciosa,
aunque parezca paradójico.
Me parece que en el siglo XXI estamos
muy poco acostumbrados
a disfrutar la literatura oral, y es
una pena, porque la riqueza que
puede tener es inmensa”, señala
a Télam el doctor en Ciencias
Sociales y escritor Nicolás Hochman,
uno de los artífices del programa.
De la selección de 25 cuentos
participan escritores consolidados
en el mapa literario como
Jorge Consiglio, Claudia Piñeiro,
Marcelo Figueras, Hernán Ronsino,
Samanta Schweblin, Gonzalo
Garcés, Marcelo Figueras y
Gabriela Cabezón Cámara, junto
a autores emergentes que seguramente
darán que hablar en
los próximos años, entre ellos
Marina Arias, Agustina Bazterrica,
Paula Brecciaroli, Sebastián
Pandolfelli y Valentino Cappelloni.
“Creo que es importante acercarse
a la literatura a través de la
oralidad porque hay un acto mágico
en la interpretación por parte
del actor; es como si le sumara
‘carnalidad’ al cuento. La intermediación
de la voz humana
activa dispositivos que hacen
que el relato sea recibido distinto.
Siempre es seductor que alguien
te cuente un cuento. Hay
un trabajo maravilloso con los
sonidos, con las pausas y con los
silencios. En realidad, se retoma
algo atávico, algo que se viene
practicando desde el comienzo
de la humanidad para trasmitir
experiencia y para generar intimidad”,
señala Consiglio.
El autor de “Gramática de la
sombra” y “Villa del Parque”
participa de la propuesta con
un texto titulado “Suerte o desgracia”:
“Lo elegí porque es un
cuento corto —creo que uno demasiado
extenso corre el riesgo
de debilitarse en una lectura en
voz alta— y dos, el tono cómplice
y el registro coloquial del narrador
que, de alguna manera,
se asocian al relato oral de una
anécdota. Estas dos características
generan un efecto dialógico
que se ve potenciado cuando
el cuento es leído por el actor”,
apunta.
“Opté por ‘Atticus Atticus’
porque es un cuento preciso: tiene
el punch arltiano necesario.
Por otro lado es un relato puro,
los personajes nos hablan directamente,
y doble, porque son dos
voces muy diferenciadas que se
entrecruzan. Me interesaba ese
juego de diferencia de registro
y clase social que termina volviéndose
perverso”, indica por
su parte el joven narrador Valentino
Cappeloni a propósito de su
participación.
“Hay literatura que cuando se
lee en voz alta gana otra dimensión
de fuerza. Hay algo primitivo
ahí, de fogón. En otras palabras:
una carnadura. Las letras
se corporizan. Hay tono y ritmo.
Una buena lectura lleva el texto
más a lo emocional que a lo analítico
y eso es seductor. Hoy en
día parece ser que se lee menos
(o que se leen otras cosas), que
cada vez somos más una cultura
visual. Yo agregaría: audiovisual.
Nos gusta mirar, ¿por qué
no escuchar?”, precisa este escritor
nacido en 1992 en Mar del
Plata
Por su parte, Cabezón Cámara
sostuvo: “Elegí un relato que
se llama ‘No mata’ porque se cierra
el relato en sí mismo. Me parece
que es una historia que merece
ser contada hasta que el soldado
Carrasco sea cenizas -cuenta
Cabezón Cámara-. La ventaja
de la oralidad es que podés estar
haciendo cualquier otra cosa, inluso
podés no ser vidente y escucharlo”.
A la iniciativa, que será presentada
formalmente el próximo
sábado a las 16 en la Asociación
de Amigos del Museo Nacional
Nacional de Bellas Artes, se puede
acceder ingresando a la página
web www.audiocuento.com.
ar.
“La idea por un lado es hacer
llegar la literatura que se escribe
hoy en Buenos Aires a un sector
tan amplio como el de las personas
con problemas con visión,
que en Argentina es de aproximadamente
el dos por ciento”,
explicita Hochman.
“Al mismo tiempo, pensamos
los audiocuentos como una propuesta
vinculada a lo pedagógico.
Y como una manera ágil, dinámica
y actual de acceder a los
contenidos literarios. La literatura
como tal nace como un fenómeno
oral, y lo escrito es parte
de su devenir, no de su génesis.
Es pensar que en el fondo
hay algo tan básico y potente como
contar una historia, y que esa
historia deje huellas en el que escucha”,
prosigue.
Los textos son leídos por un
equipo de actores y locutores integrado
por Carlos Borrego, Maru
Drozd, Vanina García, Pablo
Gandolfo y Nicolás Hochman,
mientras que el acceso a cada
uno de los relatos está coronado
por una ilustración alusiva
que corrió por cuenta de Belén
Echeverría, Darío Mekler, Leticia
Paolantonio Horacio Petre y
José Villamayor.
“La consigna era que los textos
fueran breves porque si hay
algo que tenemos en claro es que
la capacidad de atención de los
oyentes es siempre reducida, intermitente,
y que en consecuencia
es muy difícil poder sostener
a alguien que escucha durante
más de quince minutos”, explica
Hochman.
“A nivel estilístico y temático
la variedad de lo que se puede
encontrar en el proyecto es muy
amplia. Creo que es imposible
hacer un corte representativo de
la nueva narrativa argentina con
tan solo 25 cuentos, pero al menos
podemos decir que tomamos
un segmento amplio y heterogéneo”,
acota.