El santiagueño, elegido el mejor mecánico del mundo, está en el país
El joven de 24 años ganó el concurso que organiza una marca china; lo que sabe lo aprendió de su familia y de largas horas de estudio.
Son muchos los que buscan un mecánico recomendado; que sea bueno y que "no se aproveche". El mejor del mundo, al menos para la marca china Chery, es el santiagueño Enzo Malter, de 24 años, quien no sólo fue elegido tres veces el más competente de la Argentina sino que este año ganó el concurso internacional.
Es mecánico "desde siempre", desde muy chico cuando ayudaba a su abuelo, a su papá y a su hermano mayor en el taller que la familia tiene en la ciudad santiagueña de Frías. "Cuando quería unos pesos para comprar algo lavaba un carburador o limpiaba la fosa; así empecé a aprender", cuenta.
Hace seis años decidió mudarse a Córdoba para estudiar técnico superior en motores en el Instituto Renault; mientras hizo la carrera trabajó en otro taller: "Cambió, porque acá hay autos más nuevos, hace falta más profesionalismo". En ese camino llegó al servicio técnico de la concesionaria Maipú Chery; sumó cursos de capacitación y, como premio por ser ganador del certamen técnico nacional, estudió y trabajó un tiempo en China.
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Describe que los argentinos actúan diferente si el auto está en garantía que cuando se le terminó. "Si todavía hay garantía se escucha hasta el último ruidito, se está atento a todo; a las luces, al tablero. Si no, se espera 'a ver qué pasa'. Es entendible".
Señala que una de las advertencias a las que más atención se presta son las "luces del tablero; enseguida se ponen a leer el manual; los pone muy nervioso cuando se prende una bombilla amarilla que indica que hay una falla electrónica en el motor".
Otro indicador que suele descolocar a los conductores con menos experiencia es la "llavecita roja" que sólo marca que se cumplieron los kilómetros para hacer el mantenimiento.
Malter -quien es secundado por un sudafricano como segundo mejor mecánico mundial- apunta que en general los hombres suelen "suponer que saben y 'meten mano'" y, por cambiar una lámpara, "rompen el faro porque hacen fuerza por falta de habilidad".