Curas villeros aseguran que a Viroche "lo mató la mafia"
En un documento, firmado por el "Padre Pepe", fijaron una fuerte postura en torno a la muerte del sacerdote tucumano.
Los curas villeros de Capital Federal y Gran Buenos Aires aseguraron que tienen la "certeza" de que al sacerdote Juan Viroche, "lo mató la mafia que él denunció y por la cual fue amenazado".
Un documento firmado por curas que trabajan en villas del área metropolitana encabezados por el sacerdote José María Di Paola, conocido como "Padre Pepe", señala que a medida que pasan los días crece "la certeza de que al padre Viroche lo mató la mafia que él denunció.
"La mafia es como una mancha de aceite que lo invade todo, no hay institución a la que no pueda alcanzar. Y le seduce todo lo que de alguna manera detente poder. Por consiguiente no confundamos la mafia del narcotráfico con dos pibes jóvenes que usan visera", difundieron en el escrito. Los curas villeros definieron que "la mafia busca complicidades a través de la corrupción. La corrupción es proselitista, crece, contagia, se justifica y llega un tiempo en el que se terminan sacrificando al dios dinero las convicciones de toda una vida, amistades, la propia familia".
"Con una mirada creyente podemos decir que todos tenemos pecados, lo que no podemos permitirnos como sociedad es dialogar con la tentación de la corrupción en sus distintas formas. Si lo hacemos estaremos aportando el caldo de cultivo para que se consoliden las mafias en nuestra querida Patria", expresaron los sacerdotes.
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De acuerdo con esta conclusión las mafias "están detrás de la trata de personas y del narcotráfico por nombrar dos ejemplos, pero hay más".
"Las mueve el deseo de acumular dinero, sin importarles que esté salpicado de sangre inocente. Sin importarles el dejar hipotecadas vidas de niños y niñas, adolescentes y jóvenes", resaltaron.
Los curas villeros enviaron un ‘sentido saludo a la familia, a la comunidad parroquial y a los barrios donde el padre Juan (Viroche) ejerció su ministerio sacerdotal y un fuerte abrazo a todo el clero de Tucumán que ha perdido un hermano’.