PROLÍFICA

"Mis hijos siempre dicen: mi mamá nunca nos ha hecho faltar la comida"

"Me llamo Roberta Pajón, vivo en la Belgrano y Colón y vendo leña y carbón". Con ese gracejo que la caracteriza, Roberta se presenta ante cualquier interlocutor que quiere conocer aspectos de su vida, una vida de sacrificios y luchas constantes que inició hace 81 años en el paraje Simbol Yacuyoj ayudando a su padre Luciano Herrera en las tareas diarias para traer el pan de cada día a la mesa y así poder alimentar a sus nueve hermanos.

Y esa lucha no cesa para Roberta, porque desde el mismo momento en que se convirtió en madre sus ansias de superación la llevaron a forjarse en otras tareas, desde vender empanadillas hasta moroncitos, sin dejar de lado la que desarrolla hasta el día de hoy más allá de no tener las urgencias de antaño: vende leña y carbón, que lleva al domicilio de sus clientes y a bordo de su bicicleta, debidamente equipada para este cometido. "Yo empecé a trabajar desde cuando tenía 6 años. Mi tarea era poner el agua en recipientes para las vacas que teníamos en el corral. Además, acarreaba agua hasta la escuela. También cortaba leña y ayuda en los quehaceres de la casa", evocó doña Roberta con un inocultable orgullo por todas las tareas que le permitieron sobrevivir. Fortalecida con esos conocimientos empíricos obtenidos en su hogar paterno, a los 15 años emprendió el desafío de probar suerte en Santiago.

"He trabajado como empleada doméstica, he cuidado casas hasta que, a partir de los 21 años, empecé a vender leña y carbón, una tarea que hasta el día de hoy, a mis 81, sigo haciéndolo. Llevo la leña y el carbón en mi bicicleta. Estoy orgulloso de todo lo que hice para que a mis hijos no les faltara nada", destacó Roberta a EL LIBERAL. Y es que doña Roberta es mamá de 11 hijos: Nerio Francisco Pajón, Segundo Tomás Farías, Susana del Valle Farías, Luciano Eduardo Farías, Rubén Aníbal Farías, Silvia Angélica Farías, Roberto Osvaldo Farías, Marcelo Armando Farías, Mirtha Beatriz Farías, Elba Inés Farías y Andrés Roger Farías.

"Desde chiquitos, yo preparaba empanadilla, pan casero, tortilla, moroncito y chipacos, les armaba unas canastitas para que salgan a vender. Estoy orgullosa de mis hijos. Ellos, siempre, decían "mi mamá no nos ha hecho faltar la comida", evocó Roberta. "Me llamo Roberta Pajón, vivo en la Belgrano y Colón y vendo leña y carbón". Y con ese pregón, doña Roberta sigue transitando por las calles de Santiago.

Ir a la nota original

NOTICIAS RELACIONADAS

MÁS NOTICIAS