VÍCTIMA

Horror en Mar del Plata: drogan, violan y matan a una adolescente

Los asesinos quisieron hacer creer que Lucía Pérez (16) había muerto a causa de una sobredosis de cocaína. Se sospecha que aún estaba inconsciente cuando la lavaron, la vistieron y la llevaron a un centro de salud barrial: "Se desplomó", dijeron al ingresarla. Los médicos intentaron reanimarla, un procedimiento urgente y necesario que terminó resultando en vano porque la chica había muerto minutos antes. Pero los asesinos no pudieron ocultar los vejámenes a los que la habían sometido y que fueron los que finalmente le provocaron la muerte: tras drogarla y violarla, la empalaron. "Fue sometida a una agresión sexual inhumana", sintetizó la fiscal del caso.

La chica salió de su casa en la mañana del sábado y fue a lo de Matías Gabriel Farías (23), a quien había visto el día anterior. "El le había dado un cigarrillo de marihuana" y al parecer, según los investigadores, "habrían entablado una especie de relación sentimental; ella tenía 16 años y él 23, pero aparenta menos".

La fiscal María Isabel Sánchez tiene la certeza de que el otro imputado, Juan Pablo Offidani (41), hijo de un reconocido escribano de la ciudad, también participó de los hechos y cree que podrá demostrarlo con los estudios genéticos enviados a los laboratorios periciales de La Plata. Fue en la camioneta Fiat de Offidani que Lucía fue llevada al centro asistencial. "No tengo dudas de las responsabilidades penales de los detenidos, aunque con distinto grado de participación", dijo Sánchez, y dejó abierta la posibilidad de que una tercera persona haya estado involucrada "probablemente en la provisión de las drogas, en el bañado del cuerpo y el traslado a la sala de emergencias".

Los dos hombres fueron detenidos un día después, tras la declaración de compañeros de Lucía. Como si nada hubiera ocurrido, la Policía los localizó en la camioneta Fiat en que llevaron el cuerpo a la sala de salud de Playa Serena, vendiendo drogas: tenían medio kilo de marihuana, cocaína y billetes "que confirmaron su condición de dealers".

La fiscal confió a la prensa que ambos imputados se dedicaban a vender drogas en inmediaciones de escuelas.

Lucía cursaba el último año de la secundaria en la Escuela Media Nº 3, de Juan B. Justo al 600, cerca del puerto.

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