Dijo que siempre le pagó por sexo
Según consignó en su declaración, Quisbert aseguró que la mayoría de las veces que tuvo sexo pago con la mujer fue en albergues transitorios de la ciudad Capital y muy pocas lo hicieron en la "casa del horror", cuando él no tenía dinero para pagar el motel.
Quisbert aseguró que la última vez que mantuvieron relaciones sexuales -siempre pagas según su declaración- habría sido poco más de un mes antes del sangriento asesinato.
Además sostuvo que fue empleado por la mujer como remisero para que la traslade a ver a clientes que solicitaban sus servicios e incluso llevándola con alguno de ellos a hoteles, ubicados en la zona de la vieja terminal de ómnibus.
Negó rotundamente que María Corbalán haya sido su pareja o que hayan convivido bajo esa forma de relación y que sólo mantuvo un vínculo de cliente y luego por el alquiler de la habitación y baño al fondo de la casa.