La "brujería" en el fútbol argentino
Desde el "pedido", para que Racing Club no se consagre campeón, hasta la "maldición" por la que pasan los jugadores luego de ganar el Balón de Oro. La selección, también estará afectada
En el fútbol moderno "la suerte" de un equipo o un jugador está dada por las condiciones en las cuales se encuentra. Partidos se ganan o se pierden, pero en el mundo han existido casos en los cuales "la mala racha" se atribuye a la "brujería". Pasando desde Lionel Messi, Racing Club y hasta el seleccionado argentino, todos ellos estarían involucrados en estos actos.
Según la creencia, la selección de la Argentina estaría "maldecida" por no cumplirle una promesa a la Virgen de Jujuy. Carlos Bilardo habría hecho la promesa de rendirle tributo si conseguían salir campeones del mundo en 1986. Aunque levantaron la Copa, la albiceleste no cumplió su palabra por lo que no podrán ganar otro Mundial. Todos sabemos lo que le pasó a la selección argentina en las finales de los mundiales 1990 y 2014 ante Alemania.
La maldición del Balón de Oro: cuentan que el ganador de este premio, si participa en el Mundial, fracasa absolutamente. Alfredo Di Stéfano no clasificó con España, Cruyff perdió el título con Alemania en el 74, Karl- Heinz Rummeniege perdió la final ante Italia en España 82. Ronaldo lo ganó en 1997, e hizo un papelón con Brasil en la final contra Francia en 1998. Los casos más recientes han sido Ronaldinho en 2006 y Messi en 2010.
La mala suerte de Racing Club: según se argumenta, un grupo de hinchas de Independiente, enterró bajo una de las porterías de la cancha 7 gatos muertos y que desde ese día los arqueros racinguistas que defienden ese arco, cometen errores que perjudican a su equipo. Los fanáticos de La Academia organizaron una "limpieza" en la que los acompañó un sacerdote y desenterraron 6 de los 7 de gatos. El último jamás se encontró.
En 1994 Quilmes recurrió a los servicios de la bruja Dora. El Cervecero se jugaba su paso a la primera división y luego de incumplir el pago, Dora lanzó una maldición al equipo, y Quilmes perdió la final fallando un penal ante Morón.