Reconstruyen la ruta que "siguió" el celular de la maestra, tras ser negociado por Gabriel Brandán

El tribunal ayer destinó varias horas para reconstruir las manos por las cuales "viajó" el celular de la maestra, hasta ser secuestrado por la Justicia.

Uno de los testigos fue Luis Enríquez, tío de Zulma Enríquez, procesada por retener el aparato aún pese a ser requerido por los investigadores.

En forma paralela, se especula que la policía tuvo en su poder dos aparatos: el de Leda y el de Enríquez. Éste, simplemente entregó a su sobrina para que se lo llevara a un técnico para ser reparado.

Lejos del fin pretendido, Zulma se lo habría entregado a la Justicia, en procura de despistarla y guardarse para sí el celular de la docente asesinada.

Siempre en función a la investigación, trascendió que después del crimen, la "mae" hizo la "división" del botín.

Faena desmedida

Ella se quedó con la cartera; entre otros objetos, a Brandán le habría entregado el celular de Leda para que lo negociara e hiciera plata, dicho con liviandad.

Así, Zulma y su pareja, Marcelo Cortez, habrían recibido el celular de Leda y imantenido varios meses, ya que Brandán adeudaba dinero al hombre por un trabajo.

Ya que la pareja prefirió el silencio, aún no pudo develarse por qué no se desprendieron rápido del teléfono y hasta mantuvieron entretenida a la policía con otro aparato.

Hoy afrontan un proceso junto al quinteto: a la pareja no le aguarda una posible prisión perpetua, al final del juicio, pero el dolor de cabeza aún asoma más que imprevisible.