Preocupaciones

¡Buen día! Se me ocurre que, descomponiendo la palabra en sus dos componentes: “pre” y “ocupaciones”, podríamos dar con la clave de su profundo significado. El prefijo latino “pre” significa “delante de”, pero también “antes”. Y esto nos está diciendo que las preocupaciones anticipan futuras “ocupaciones”. Lástima que éstas sean de signo negativo: angustias, temores, sufrimientos, incertidumbres... ¿Por qué adelantarnos a los hechos con una exagerada cuota de tensión, cuando en realidad no sabemos qué sucederá realmente mañana? Como leo por ahí: “La nube más baja nos tapa el cielo. El árbol más cercano nos esconde el bosque. El día de hoy es, precisamente, el que nos impide apreciar el mañana! A cada día le basta su aflicción, dice Jesús. Y ya que lo citamos ¿por qué no reproducir un consolador texto evangélico, para mediarlo y tenerlo siempre a mano? “No se angustien pensado qué comerán para mantener la vida ni con qué se cubrirán el cuerpo. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se preocupan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se preocupen entonces diciendo: “¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?”. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción”. ¡Hasta mañana!
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